El futuro ha sido desde épocas remotas, el gran misterio del hombre. Ya en la antigua Grecia se consultaba el oráculo, que era el lugar donde los dioses enviaban sus respuestas a las preguntas de los consultantes, siempre en forma de un mensaje críptico que era enviado a través un sacerdote, o de una Pitonisa, es decir, de una sacerdotisa especial. Uno de los oráculos más famosos es el de la ciudad de Delfos, y sus historias y leyendas de adivinación se han transmitido a lo largo de generaciones. Las Pitonisas tenían un don especial, una particular aptitud o cualidad espiritual y adivinatoria, que les permitía no sólo ser receptoras de los mensajes, sino también tener la capacidad de interpretarlos y transmitirlos.
También en la antigua Roma se consultaba a menudo el oráculo, y allí la intérprete/sacerdotisa era la Sibila. Uno de los vaticinios más famosos es el de los Idus de Marzo, día en el que Julio César fue asesinado por haber desestimado la advertencia que le hizo precisamente una Sibila, según nos cuenta el historiador y filósofo Plutarco.
Las videntes y tarotistas de la actualidad cumplen un poco las misma función que las Sibilas de la antigüedad; nos anuncian los hechos a venir, nos advierten acerca de determinados peligros, o nos auspician sucesos felices. Y al igual que con las Pitonisas, las videntes sirven de intérpretes, ya que los mensajes pueden llegar en distintas formas que no siempre son fáciles de interpretar. Una de las formas más estudiadas, incluso en el ámbito de la psicología, es el sueño. Los vaticinios del sueño han dado lugar por ejemplo, a nivel popular, a toda una cultura hecha alrededor de los números en relación a los sueños y a la lotería.
Cuando los mensajes son interpretados por una vidente, es decir, una persona que tiene un don, que ha nacido con él y que lo ha cultivado con los años, son más completos y además, permiten que se genere una corriente energética de ayuda, donde la vidente no sólo transmite un mensaje sino que además, asesora. De hecho es muy común llegar a una consulta con una vidente y no tener que decir nada, ya que esta persona podrá “ver” cuáles son las dudas o problemas que trajimos ese día.
Muchas videntes acompañan sus sesiones con una tirada de cartas del Tarot, que para muchos hunde sus raíces en el antiguo Egipto. Este medio de consulta es sumamente eficaz cuando la tirada la realiza una vidente, ya que además de su don, encontrará respuestas más precisas y concretas de acuerdo a las cartas que salgan en la tirada adivinatoria. El tarot se ha utilizado desde siempre como un tipo de adivinación importante, y ya en el siglo XV era un método de consulta famoso en la corte de Milán.
El Tarot es, además, un tipo de cartomancia completo, ya que nos habla tanto de hechos pasados, como presentes y futuros, y acepta muchos tipos de tiradas o lecturas, siendo las más conocidas la cruz mágica, el árbol de la vida, la tirada céltica y el tarot sí o no.
Es precisamente este tipo de lectura el que necesitamos cuando tenemos dudas, o cuando las interpretaciones de lecturas anteriores nos han dejado confusos. El tarot sí o no tiene la ventaja de darnos una respuesta clara y contundente, que no da lugar a dudas ni alberga matices. Es un tipo de lectura que no admite grises y que puede ser la ideal cuando, por ejemplo, estamos muy nerviosos y no logramos explicar con claridad aquello que tanto nos aqueja. Con tan sólo una tirada podemos tener la información que necesitamos, la respuesta a una duda.
Una tirada de cartas puede ayudar desde muchos puntos de vista, no sólo desde el aspecto tranquilizador de brindarnos un panorama esclarecedor de lo que vendrá, sino también desde un punto de vista psicológico. La tira ayuda a calmar la ansiedad que produce la incertidumbre.
Es muy importante contar con la ayuda de una vidente y tarotista cuya trayectoria y profesionalidad nos de la confianza que necesitamos. Al fin y al cabo, le contaremos aspectos de nuestra vida, quizás íntimos, de esos que no hablamos con nadie. Abriremos el corazón y hablaremos de todo aquello que nos perturba, y por eso del otro lado necesitamos alguien que sea cálido, que tenga capacidad de escuchar y voluntad de ayudar, como por ejemplo Rita vidente, que es especialista en la videncia del amor. Con su experiencia, puede ayudarnos a encontrar las respuestas a nuestras dudas, y darnos pautas precisas que serán la clave de nuestro camino sentimental a futuro. Esta vidente tiene la capacidad de dar la orientación precisa cuando no sabemos cómo actuar o cuál es el camino que debemos tomar.
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