Abr 292022
 

Una mudanza puede convertirse en una fuente de estrés. No es extraño si tenemos en cuenta que, a menudo, simbolizan el inicio de una nueva fase en nuestra vida. No obstante, lo cierto es que si se utilizan los recursos apropiados a partir de empresas de mudanzas, el proceso puede convertirse en una experiencia relativamente cómoda y puede extenderse menos tiempo de lo que, a priori, podría parecer.

Probablemente te estés preguntando cómo afrontar una mudanza. A continuación te proponemos algunos consejos que te serán de gran utilidad. ¡Toma nota!

Escoge una empresa especializada de confianza

Más allá de la planificación, existen algunas circunstancias que escapan a tu control como, por ejemplo, la fase de desplazamiento. A este respecto, es importante tomar una buena decisión a la hora de escoger a una empresa especializada en mudanzas y transportes. En la red puedes acceder a una amplia variedad de alternativas para mudanzas Madrid. Presta atención a los precios pero también a las garantías que la empresa proporciona en materia de seguridad o a los plazos de entrega.

Deshazte de aquello que carece de valor

Una mudanza es el momento perfecto para hacer una limpieza a fondo y deshacernos de todos aquellos muebles y elementos que ya no tienen utilidad en tu vida. Acumular reliquias que prácticamente carecen de valor emocional y posibilidades prácticas es algo bastante común y muchas veces hasta que no decidimos cambiar de residencia, no nos hacemos conscientes de ello. Haz inventario de todas tus pertenencias y aplica la máxima del método KonMari: aprende a vivir sólo con aquello que te aporta felicidad.

Presta atención al embalaje

El embalaje es uno de los elementos que puede dar pie a complicaciones. No sólo es necesario contar con el material suficiente para almacenar y transportar tus pertenencias. También es necesario contar con alternativas que, por su formato y sus materiales, proporcionen la máxima comodidad y seguridad durante los desplazamientos. Para evitar incidencias de última hora, es preferible comenzar a embalar con la suficiente previsión. Comienza a hacerlo al menos dos semanas antes de hacer tu mudanza y revisa el material que necesitarás: Desde cajas de cartón con las dimensiones apropiadas, hasta plástico de embalaje con burbujas que garanticen una mayor seguridad, cinta adhesiva o etiquetas.

Además de prestar atención a variables como el peso o las dimensiones, es importante valorar las necesidades de cada enser: ¿Está elaborado a partir de materiales delicados o vulnerables? ¿requiere de algún tipo de medida de protección especial?

Busca colaboración

Con una buena dosis de planificación y organización, una mudanza se convierte en algo más asequible y cómodo. No obstante, no tienes por qué afrontarla en soledad. ¿Cuentas con conocidos o familiares cercanos a tu alcance? Si es así, quizá no sería una mala idea que les pidas ayuda. Contar con la compañía de alguien durante la fase más tediosa de una mudanza te ahorrará algunos dolores de cabeza y te permitirá ahorrar energía y tiempo.

Solicita unos días libres

Planificar y gestionar una mudanza exige bastante tiempo, especialmente si el lugar de destino se encuentra lejos de tu lugar de origen y cuentas con una alta cantidad de objetos y muebles. Lo más probable es que necesites varios días para atender todos los requerimientos por lo que, de ser posible, quizá debieras valorar la posibilidad de solicitar unos días libres en tu trabajo. Ten en cuenta que según especifica el convenio de los trabajadores, a cada empleado le corresponde , al menos, un día por traslado de domicilio. No obstante, lo más probable es que necesites algo más de tiempo por lo que no sería mala idea que comentes tu situación con tu empresa.

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