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Steve Jobs, el biopic dirigido por Danny Boyle y protagonizado por Michael Fassbender, nos presenta una semblanza del cofundador de Apple a través de tres momentos clave de su vida profesional. Pero tal y como reconoce el propio Boyle, Steven Paul Jobs ya era una figura fascinante incluso antes de crear la marca de la manzana.
«Es un personaje de proporciones shakespearianas. Es fascinante, brutal y divertido», afirma el director de la película que, basada en la biografía superventas escrita por Walter Isaacson, toma tres capítulos concretos, el lanzamiento de tres productos emblemáticos en la carrera de Jobs, para ofrecer una visión global del genio en tres actos perfectamente diferenciados.
Una apuesta arriesgada, pero que ya le ha valido a su guionista Aaron Sorkin -ganador de la estatuilla por el libreto de La Red Social y creador de aclamadas series como The Newsroom o El Ala Oeste de la Casa Blanca– numerosos reconocimientos. Entre ellos la nominación al mejor guión en los Globos de Oro. Una de las cuatro candidaturas que en total ha recibido la cinta, que también opta a los premios de mejor actor principal dramático (Michael Fassbender), mejor actriz de reparto (Kate Winslet) y mejor banda sonora original (Daniel Pemberton).
Pero antes de ser el centro de todas las miradas, el gurú llamado a revolucionar la tecnología de consumo con cada uno de sus lanzamientos ya era un hombre «intenso, complicado y brillante». Una figura a la que Boyle y Sorkin someten a un intenso repaso que no elude ninguno de sus conflictos ni aspectos clave más allá de Apple: su adopción, su infancia, sus presuntos inicios en el garaje junto a Steve Wozniak, su tortuosa paternidad…
«Al estudiar el libro de Walter Isaacson, y después de hablar con Steve Wozniak, Joanna Hoffman, John Sculley, Andy Hertzfeld, Lisa Jobs y Chrisann Brennan, identifiqué cinco conflictos personales clave en la vida de Steve y busqué la forma de incluirlos en los tres lanzamientos de productos«, afirma Sorkin, que se vale de los rápidos diálogos pero también de otros elementos narrativos como intensos flashbacks para dar algunas certeras pinceladas sobre el Jobs más desconocido, el Jobs antes de Apple.
ADOPCIÓN, MARCADO DE POR VIDA
Y es que ya antes de fundar la compañía con la que pasaría a la historia, la vida de Jobs está llena de hitos y datos curiosos y significativos, comenzando por una infancia más que peculiar. Hijo biológico de Abdulfattah Jandali, un inmigrante sirio musulmán, y Joanne Carole Schieble, una estadounidense de ascendencia centroeuropea, fue dado en adopción.
Y este hecho, ser un hijo adoptado, es una condición que marcó decisivamente su personalidad y que se ve reflejada en el personaje interpretado por Fassbender. «Steve siempre intentó controlarlo todo. Le molestaba intensamente no haber controlado el principio de su vida; la historia de su adopción tuvo profundas repercusiones en su existencia. Toda su vida creativa fue una cruzada para controlarlo todo, asegurándose de que sus productos emanaran lo mejor de él», señala Sorkin.
Tras su niñez en Palo Alto, que ya empezaba a destacar como uno de los motores del desarrollo tecnológico en los sesenta, llegaría su temprana fascinación por los ordenadores, que le llevaría a trabajar un verano en Hewlett-Packard.
En 1972 ingresa en el Reed College de Portland (Oregón), una universidad de artes liberales en la que tampoco encuentra satisfacción a sus muchas y muy particulares inquietudes y que abandona tan solo un semestre después de comenzar sus estudios.
UN GENIO INQUIETO
Buscando nuevas experiencias Jobs llega incluso a viajar a la India donde, según confesó, buscó durante meses iluminación espiritual para lo que no dudó tampoco en experimentar con diferentes drogas. «Era un hombre intenso, complicado y brillante, con grandes defectos, que supo soñar a lo grande y galvanizar a otros para conseguir resultados», afirma Sorkin.
Y la búsqueda de nuevas experiencias fue lo que lo llevó hasta el mundo de los videojuegos, una industria que por entonces daba sus primeros pasos y en la que Jobs contribuyó como diseñador en la entonces puntera firma Atari. Un momento clave, ya que sería allí donde conocería a su ‘media naranja’ tecnológica, Steve Wozniak.
Aquello ocurrió en 1974. Tan solo dos años después nacía Apple Computer. Y cuenta la leyenda que lo hizo en el garaje de casa de Paul y Clara, los padres adoptivos de Jobs, en Los Altos, California. Gracias al dinero que logró Steve al vender su furgoneta Volkswagen consiguieron armar el Apple I, el que es considerado el primer ordenador personal. Eso dice la leyenda de Steve Jobs y Apple… el resto, ya es historia.
Una historia que llegará a los cines en forma de película el próximo 1 de enero con Steve Jobs, el biopic protagonizado por Michael Fassbender en el que también veremos a la ganadora del Oscar Kate Winslet en el papel de Joanna Hoffman, la mujer que dirigió el departamento de marketing de Macintosh, y a Seth Rogen como Steve Wozniak, el cofundador de Apple.
El reparto de la cinta dirigida por Boyle incluye también a Jeff Daniels como John Sculley, expresidente ejecutivo de Apple; a Katherine Waterston como Chrisann Brennan, la exnovia de Steve Jobs; y a Michael Stuhlbarg como Andy Hertzfeld, uno de los miembros fundadores del equipo de desarrollo de Apple.
One Response to “La gran pantalla traslada el lado personal de Steve Jobs”
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No me la pierdo