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El equipo de diseño de Apple lo constituyen 16 personas de todo el mundo que pasan mucho tiempo pensando en torno a una mesa de la cocina, según afirma el jefe del equipo de diseño Christopher Stringer.
Parte del secreto mejor guardado de Apple se conocía esta semana en el juicio por violación de patentes que enfrenta a la compañía contra Samsung en California. En dicho juicio se ha explicado parte del proceso de diseño de hardware de Apple, que hasta ahora han guardado celosamente. De ese proceso de creación han surgido algunos de los productos electrónicos de consumo más famosos del mundo.
En el juicio, el diseñador Christopher Stringer, que lleva 17 años en la empresa, ha sido llamado a declarar como primer testigo. «Nuestro papel es el de imaginar los productos que no existen y llevarlos a la vida», ha explicado Stringer al jurado.
Los productos de Apple, en particular el iPhone, se tienen en alta estima en todo el sector. El gadget que ha revolucionado la industria de los ‘smartphones’, ocupa además un lugar prominente en el Museo de San Francisco de Arte Moderno.
La compañía, que acusa a su rival surcoreana de robar el diseño el iPhone y del iPad, así como sus características, tiene una deuda con el gurú creativo Ive Jonathan y su grupo de diseñadores. Este equipo es responsable de buena parte de sus diseños y han formado creativos de Gran Bretaña, Australia, Estados Unidos, Japón y Alemania durante más de una década.
Stringer ha explicado que el grupo de Apple integrado por entre 15 y 16 diseñadores industriales, liderado por Ive, trabaja sobre todos los productos de la empresa y dedica un tiempo cada semana para hablar de ellos, sobre todo alrededor de la mesa de la cocina. Ahí es donde el grupo está «más cómodo», ha explicado Stringer.
El equipo que Ive trabaja en un estudio grande en el campus de Apple en Cupertino, California, con música a todo volumen a través de un sistema de sonido gigante. El acceso está estrictamente limitado para los empleados, según señaló una entrevista de Ive en 2006, publicada en la revista Business Week.
LLUVIA DE IDEAS
La mayor parte del equipo ha trabajado codo con codo durante 15 a 20 años, ha explicado Stringer, que ha añadido que tienen «cientos» de las patentes de diseño bajo su nombre.
«Hemos estado juntos durante un tiempo terriblemente largo», ha comentado Stringer. «Somos un grupo maniático de gente. Nos obsesionan los detalles», ha precisado.
El equipo se ha ganado con los años la reputación de saber mezclar el atractivo estético con lo funcional. Stringer trabajó en el iPhone original, cuyo nombre en código interno fue M-68, y también ha participado en casi todos los dispositivos móviles de Apple.
Una vez que una idea de diseño del producto se solidifica a través de una lluvia de ideas, el equipo de diseño esboza las ideas y modelos a través de un proceso de diseño asistido por ordenador.
Este grupo de diseñadores no sigue un proceso creativo lineal, que va de la idea al boceto, luego al modelo y finalmente a la demostración de ingeniería, ha precisado Stringer. Los conceptos desarrollados serán desechados si una idea mejor aparece, ha matizado. «Siempre estamos dudando. Siempre estamos cuestionando».
Stringer ha enumerado algunos de los problemas de fabricación que tuvieron con el iPhone original, como la aplicación de vidrio en las proximidades de acero endurecido para poder hacerle agujeros. «La gente pensó que estábamos locos», ha comentado Stringer.
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