Nombres como Sergey Brin o Steve Jobs no son los más habituales del mundo pero en el sector tecnológico son de sobra conocidos. Lo mismo ha ocurrido en los últimos tres años con Mark Zuckerberg, cuya popularidad se ha disparado con el éxito de su creación, Facebook, y la correspondiente película.
Mark S. Zuckerberg, sin embargo, no es el popular fundador de la red social más importante del mundo sino un abogado de Indianapolis, Indiana (EE.UU.), que ha visto cómo su identidad se diluía a medida que crecía la presencia mediática de su tocayo, a quien saca unos cuantos años.
Este abogado especializado en casos de bancarrota se vio obligado a abrir una página web únicamente para explicar quién es y cómo le ha afectado la aparición de Mark Zuckerberg -el fundador de Facebook-.
En http://iammarkzuckerberg.com/ explica que hace 23 años empezó a ejercer la abogacía en Indiana y que hace 19 abrió el bufete Bankruptcy Law Office of Mark S. Zuckerberg. «Os cuento todo esto para explicar que he puesto mucha energía para convertirme en un abogado de bancarrotas excepcional y establecer un prestigio para mi nombre», explica el abogado.
«Si hubieras ‘googleado’ Mark Zuckerberg en 2004, me habrías encontrado. Ya no», lamenta. Efectivamente. Si ahora un internauta busca este nombre y este apellido en el buscador más usado del mundo, encontrara cientos de miles de entradas que hablan sobre el fundador de Facebook que han lapidado todas las que pudieran nombrar a este abogado.
Sin embargo, quizá la consecuencia más curiosa que ha sufrido este abogado sea la que ha tenido lugar dentro de los dominios del otro Zuckerberg: Facebook. Según informa Los Angeles Times, recientemente la red social eliminó su perfil por pensar que usaba un nombre falso con el objetivo de suplantar al joven Mark Zuckerberg.
Tras comunicar el error a la compañía y tras las pertinentes comprobaciones, Zuckerberg -el abogado- logró recuperar su perfil en lo que la compañía ha calificado como un «error ocasional». Lo curioso es que hace años, cuando el letrado creó su perfil, tuvo que enviar varias pruebas como una copia de su carné de conducir con el objetivo de probar que no quería suplantar a nadie.
Con lo único que no ha encontrado nunca problema Mark S. Zuckerberg es con la página de su negocio que tiene en Facebook, que ha permanecido siempre abierta.
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