James Franco se unió, como tantas otras celebrities, a la fiebre de Twitter; pero apenas ha durado unas semanas. El actor escribía comentarios críticos que afectaban a sus patrocinadores, y finalmente ha decidido dar de baja su cuenta por la presión que recibía.
En una entrevista con politico.com, Franco ha afirmado que él quería usar su Twitter para publicar lo que le viniera en gana, pero pronto se dio cuenta de que tenía muchas más limitaciones de lo esperado.
«Se acabaron los medios sociales. Mi pensamiento era ‘este es mi Twitter, puedo hacer lo que quiera’, pero ciertas compañías con las que trabajo contactaron conmigo (para hablar) sobre lo que escribía», ha explicado el actor de 127 horas.
Lo cierto es que Franco -que ya ha eliminado su cuenta- atrajo la atención al poco de hacerse su cuenta a principios de 2011. Más allá de los seguidores que ganó por ser famoso, sus críticos tuits enseguida destacaron.
En uno de ellos, el actor llegó incluso a meterse con el guionista de la gala de los Oscar Bruce Vilanch porque éste criticó la manera en que presentó dichos premios.
Después de lo ocurrido, Franco asegura que prefiere centrarse en desarrollar la creatividad para escribir y olvidarse de los medios sociales que le hacen perder el tiempo. «Todos tenemos una hora o dos libres al día, que pueden usarse para Facebook o para escribir», ha sentenciado.
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