Libros debajo de la pantalla

Todo el día buscándola y resulta que la tenía debajo de la pantalla de mi ordenador. Debido a mi altura -nada tampoco muy llamativo- necesito  poner algo debajo de la pantalla para situarla a la altura de los ojos. Al parecer, alguien en mi oficina pensó que «La Vida fácil», de un tal…. (levanto la pantalla con cuidado para mirarlo)… Richard Price, no merecía mucho la pena y se le podía dar un uso más práctico que el de leerlo. Y ahí está, justo encima de «Los cuadernos secretos de Agatha Christie», de John Curran. Este último sí que entraña un misterio, más que nada porque está situado debajo del todo y prefiero no mover mucho el serpentín vertical en el que se afianza mi pantalla.

La curiosidad me invade y ahora que estoy solo en la oficina me giro para ver si mi compañero de trabajo tiene también algún libro en la misma situación. ¡Bingo! Debe ser que las mesas las hacen pequeñas. «Historia del otro lugar», de José María Merino y «Cultura e ideología en el cine estadounidense (1990-2003)». Él es más bajo y necesita libros más voluminosos para lograr la altura adecuada.

No me sorprendería mucho encontrar entre las secciones de libros de los grandes almacenes una que se llamara «Libros de debajo de la pantalla». «Pepito, dile a tu madre que como has crecido necesitas cambiar tu libro de debajo de la pantalla, a ver si puede comprarte uno de 600 páginas, que el de 300 se te queda ya un poco bajo.

4 comments for “Libros debajo de la pantalla

  1. 10 marzo, 2011 at 14:10
    • Mariaogayar
      10 marzo, 2011 at 14:47

      Yo no, xq trabajo con portatil xo mi compañero turne un paquete de 500 folios, mi oficina es mucho menos intelectual q la tuya 🙁

  2. 10 marzo, 2011 at 15:03

    Umbral tiraba los libros a la piscina, y Pedro de Miguel a la ría de Bilbao. Me da que has descubierto un nuevo uso. Libros apilables, libros desechables.

  3. 10 marzo, 2011 at 18:23

    Leandro, no sabía lo de Umbral, sí en cambio lo de Pedro de Miguel, cuyo estilo admiro y de cuyo blog he aprendido mucho. María, lo de los folios es un atentado contra la creatividad, je, je.

    Al irme de la oficina me ha parecido ver que más de un compañero tenía libros «de debajo de la pantalla». Mañana investigaré de qué títulos se trata.

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