Enero termina este domingo con 8 víctimas mortales de la violencia de género confirmadas oficialmente, cifra que no se alcanzaba en un primer mes de año desde 2011 y 2012 y que equivale a la que se registró en 2003, cuando aún no se había aprobado la Ley Integral y comenzaban a elaborarse estas estadísticas. Al menos 830 mujeres han sido asesinadas en España desde entonces.
Del total de mujeres asesinadas este mes, dos habían denunciado previamente los malos tratos que venían padeciendo aunque una de ellas no obtuvo una orden de protección. La otra sí la tenía en vigor cuando se cometió el homicidio, conforme los datos oficiales consultados por Europa Press.
El mismo balance indica que la mitad de las víctimas eran españolas y el grupo más numeroso, un total de cuatro, tenían entre 41 y 50 años de edad. En total, tres niños se han quedado huérfanos de madre en enero por los homicidios de estas mujeres.
El estudio estadístico desde 2003 sitúa a este mes de enero entre los que han registrado una cifra más alta de feminicidios. Ese año fueron ocho, como ahora y como en 2011 y 2012, una cifra que sólo se superó en 2006 cuando se registraron nueve homicidios de índole machista en esas primeras cuatro semanas.
Los mismos datos indican que al menos 830 mujeres han sido asesinadas en España en los últimos 13 años, lo que arroja una media por encima de los 63 homicidios anuales, algo más de cinco mensuales. Sólo un mes en todo este tiempo se ha saldado con cero víctimas en el contador, enero de 2009.
El primer delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, explica esta circunstancia en términos tanto de casualidad estadística, porque han existido periodos de cuatro semanas sin feminicidios aunque no coincidieran con el mes de calendario, como por «agotamiento» tras una alta concentración de crímenes el mes anterior, cuando fueron once.
«Cuando hay una acumulación de casos, lo que se produce de facto es una disminución del número de hombres en las circunstancias o escenarios cercanos al homicidio y mientras llegan a ese momento, hay un periodo de tiempo en el que no se producen crímenes. No es un tema absoluto, no es una regla matemática, pero cuando se analiza la dinámica de los homicidios se descubre una acumulación de los casos, eso es así. Un factor que puede influir es ese», dice a Europa Press el experto.
En su opinión, en todo caso ese hecho hay que «usarlo en positivo» porque es la prueba de que «puede haber meses en los que no se mate, semanas en las que no se mate, días en los que no se mate». «Si somos capaces de prevenir antes de que se llegue a un homicidio, si no solo ponemos la mirada en ese homicidio y pensamos en el proceso que está llevando a muchos hombres a esta conducta criminal, seremos más efectivos», asegura.
Lorente descarta que fueran determinantes factores como la crisis económica o la caída de las rupturas matrimoniales que trajo consigo porque entiende que de haber sido así, la tendencia se habría mantenido en lugar de quedar acotada a un mes aislado.
Sí destaca que el diciembre previo, ante la sucesión de asesinatos «se produjeron muchas declaraciones públicas» y desde su departamento y el resto del Ejecutivo «se mandaron muchos mensajes, utilizando cada caso como refuerzo y reivindicación para que no se volviese a producir un caso más».
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