Mar 232012
 

Si las características mesas de mármol blanco del Café Gijón hablaran, podrían contar la historia de la cultura española desde hace casi 125 años. Ahora, una de sus señas de identidad, su privilegiada terraza, puede pender de un hilo.

Escritores, científicos, intelectuales, artistas… todos poblaron sus mesas en el Paseo de Recoletos semana tras semana en interminables tertulias pobladas de humo denso, que inspiró, entre otros, al premio Nobel Camilo José Cela para escribir La Colmena.

Pero el café, que sobrevivió a la guerra civil, podría volverse inviable si no puede conservar su terraza, cuya contrata ha vencido. El Ayuntamiento la dado la concesión a otra empresa que presentó una oferta superior.

«El problema auténtico (…) es que si la dirección del café se queda sin la terraza, que es en donde tiene la solvencia económica para mantener al personal y el café, ya que la facturación mayor está aquí fuera (..) se vea obligada (…) a vender», dijo a Reuters José Bárcena, trabajador del Café Gijón encargado de las relaciones públicas.

«Sería tan lamentable como que perdiésemos El Rastro, el Museo del Prado o cualquier lugar que forma parte de la estructura de esta ciudad que es Madrid, mi bello Madrid», agregó.

Mientras continúa la incertidumbre, en su interior siguen las tertulias y sus asiduos se emplean en sus rutinas de siempre.

«Ahora viene un señor, que no tiene que ver nada con la cultura ni con el arte, solamente a lucrarse porque va a tener en la terraza unas ganancias X», dijo Antonio Granados Valdéz, de 95 años, artista y escritor, en el interior del café.

«Me parece un atropello que consiente quien sea el que le esté dando esa facilidad. Es una actuación contra el Café Gijón», agregó el artista desde la misma mesa del Gijón que visita todos los días.

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