Desde el kilómetro cero a corazón acantilado,
después de abandonar la cima iluminada de las calles,
el vaivén de la noche-carne brillante, risa de neón y tacón de pavimento-espejo,
a hora y media del mundo mientras caemos
bajo la espalda lacerada por el hierro de las estructuras,
a través de la tierra baldía del zoológico y el Parque de Atracciones,
se extiende el sueño arbolado por antenas de televisión,
emerge la luna, corona de cartón-piedra,
sobre los centros comerciales en las márgenes del tiempo.
Los trenes desahucian de madrugada
el hambre del estudiante y el cuerpo cansado,
en la frontera de aliento minado por la estela de los vuelos comerciales.
Entre la tierra y el cielo del estadio a voz en grito,
la hierba de plomo, la nómina del hambre, pacen los bueyes
por los campos de cemento del Gran Sur.
Corremos por el andén a uña de baldosa levantada
en la turbulencia de los trenes de cercanías.
Las casas guardan bajo llave almas de zapato, bostezan
ropa tendida sobre la estación.
No crucen las vías.
No pongan los pies en los bancos.
No salten por encima de la charca, ni aplasten lagartijas de cartón.
No tienten a la sirena de la ambulancia, el aguijón de los hospitales,
el pétalo de sangre en la rosa alambrada.
No recojan las palabras tiradas por el suelo.
No escuchen el crujir de los huesos.
No miren al vacío en el reloj.
Tiempo suspendido en el vuelo espiral de los vencejos,
silencioso como las vacaciones en el patio de un colegio.
El viento solar, dueño de las calles, juega
en remolinos de plástico y hojarasca.
Lejos de los aeropuertos al árbol de la tierra prometida,
naufraga en cloro turquesa la eterna página en blanco
del cuaderno escolar ahogado en la piscina.
Los Chicos del Vertedero olvidan la playa
en la rompiente de las naves industriales.
En el váter del centro comercial se buscan el olor bajo el rabo
los perros que faltaron a las clases.
Torneo de pulso y brazalete de cuero macerado
en el sudor-cerveza y aliento de pincho quemado al gas butano.
Globo de chicle el vientre de la muñeca-bragas de lycra, ave
de culo hamburguesa, reclamo estupefaciente
de pollos-pantalón vaquero y huevos apretados
en el potro música-máquina de la discoteca móvil.
Babea la tribu adolescente de los mandriles
bajo la ventana de la niña que descuelga el tinte de su pelo
hacia el oropel de los bazares chinos,
hacia la bragueta del percherón tatuado,
hacia el riñón forrado del fontanero.
Y en la pared de un almacén, tras años de intemperie,
inocente como el primer día del verano, aún late
el sarampión de una pintada:
BUENOS DÍAS, PRINCESA
Enlaces
- Alfonso Xen Rabanal
- Álvaro Guijarro
- Ana Aneiros
- Ana Pérez Cañamares
- Antonio Díez
- Bartleby Editores
- Bea Calvo
- Beatriz Boca
- Bel Etc
- Bruno Di Benedetto
- Carlos Salem
- Cristina Tauler
- Cuadernistas
- Déborah Vukusik
- Diario de una filósofa en paro
- El Cable Azul
- En Facebook
- Escandar Algeet
- Escrito en la pared
- Esteban Gutiérrez Gómez
- Eva Picazo
- Felipe Zapico
- Gabriel Maciel
- Giovanni Collazos
- Gsús Bonilla
- Hankover
- Helena Ortiz
- http://www.flickr.com/photos/tbenavides/
- http://www.tbenavides.com/
- Inma Luna
- Jean Tarrou
- José Ángel Barrueco
- Juan Carlos Mestre
- Juan Carlos Ortega
- La hoja en blanco
- Leire Olmeda
- Lidia Fernández
- Lucas Rodríguez
- Luis Miguel Rabanal
- Luisa Navarrete
- lulluenlaciudad
- Mery Caos
- Miguel Ángel Martín
- Montoya
- neorrabioso
- Olaia Pazos
- Pablo Cortina
- Paloma Corrales
- Poetry Slam Madrid
- Silvia Nieva
- Velpíster
- Vicente Muñoz Álvarez
- Vinalia Trippers