La selección Española sub-21 consiguió su clasificación para los próximos Juegos Olímpicos de Londres después de derrotar (3-1) a Bielorrusia en la prórroga de las semifinales del Europeo de la categoría que se está disputando en Dinamarca, por lo que se medirá a Suiza o la República Checa en la final.
Un tanto en el minuto 38 de Voronkov apagó el ímpetu del conjunto de Luis Milla, que tuvo que remar desde ese momento. A priori favorita, España no entregó la cuchara en ningún momento y Adrián mandó el partido a la prórroga en el 89. Durante el tiempo extra, el ariete asturiano volvió a emerger para, con un soberbio testarazo, darle la vuelta al marcador antes de que Jeffren certificara el triunfo con un buen disparo desde lejos.
El combinado nacional, futuro relevo de un equipo que mira a los demás países desde la cima del mundo, dejó apartado el buen juego que ha venido desplegando desde el inicio del torneo y entremezcló el oficio con la épica que últimamente acompañan al fútbol patrio, disciplina a la que la suerte empieza a devolverle todo lo que le ha quitado a lo largo de la historia.
Y todo empezó a caer de cara justo hace tres años. Un 22 de junio de 2008, Fábregas convirtió un penalti ante Italia en la Eurocopa de Austria y Suiza y derribó el muro de los cuartos de final. El comienzo de una nueva era que hace que ahora, además de contar con la estrella que más brilla, España sea la envidia del planeta futbolístico, y parece que hay cuerda para rato.
Si hay algo que tiene este grupo Sub-21 es clase y calidad. La asociación de mediocampo hacia arriba se hace de memoria y así lo demostró Ander Herrera pasada la media hora. El ya jugador del Athletic de Bilbao acudió de cabeza a un centro de su compañero Muniain, pero se encontró con el guardameta Gutor, todo un muro que costó derribar.
Sin embargo, en el minuto 38, un inocente saque de banda de Bielorrusia fue prolongado de cabeza dentro del área de De Gea, Voronkov forcejeó con Domínguez y Botía y acabó conectando el balón como buenamente pudo, suficiente para despistar al meta atlético y hacer el primero. Todo un cambio de guión.
Tras la reanudación, la reacción no se hizo esperar y Adrián remató al palo un buen centro de Didac Vila desde la izquierda, al que Javi Martínez –imperial durante todo el envite– había habilitado con gran criterio. A renglón seguido, el ariete deportivista volvió a errar delante de Gutor, que en esta ocasión se encontró con el esférico.
EMBARCANDO A HEATHROW.
España, que quemó sus naves dando entrada a Capel, Jeffren y Bojan –por el central Domínguez– volvió a toparse con el guardameta del Bate Borisov tras un disparo lejano de Martín Montoya. Aun así, Thiago lo intentó hasta el final. En el último minuto, el barcelonista condujo el balón cerca del área, abrió para el extremo venezolano, éste la puso al área y Adrián obró el milagro con su cuarto gol de la competición, aumentando su liderazgo en la tabla.
Pareció que ése gol no había saciado el hambre del atacante deportivista. Cuando expiraba la primera parte de la prórroga, Adrián se suspendió en el área y aguardó un balón desde la izquierda de Capel. No titubeó en ningún momento y le dio la vuelta al partido antes de que Jeffren pusieran la guinda con un gran disparo desde fuera del área.
Con este sufrimiento se ha ganado la generación venidera a toda una campeona de Europa y del mundo la posibilidad de compartir unos días con deportistas como Nadal, Usain Bolt o Michale Phelps, todo un lujo para un grupo que ha demostrado que sabía la gran responsabilidad que tenía.
Sólo los que han podido disfrutar desde dentro de unos Juegos saben el enorme privilegio que es tener la ocasión de estar en la Villa Olímpica durante esas fechas. Cuando el Big Ben de la majestuosa capital inglesa dé las doce de la noche el 27 de julio de 2012, España estará ahí, en Londres. Objetivo cumplido.