Los tantos de Iñigo Martínez, ‘Chori’ Castro y Agirretxe por partida doble sirvieron para que la Real Sociedad exhibiera una pegada de ‘Champions’ este domingo frente al Valencia (4-2) en Anoeta, para concluir la trigésimo tercera jornada de Liga BBVA en una posición cómoda que otorga acceso a la máxima competición europea, y poner tierra de por medio respecto a su víctima, que pierde fuelle frente a un rival directo.
El recuerdo de la goleada recibida en Mestalla a manos de los ‘txuri urdin’ sirvió de advertencia a los de Ernesto Valverde. Precisamente él llegó a su puesto tras el descalabro. No contaba con Canales y Rami, pero planteó el encuentro para maniatar al conjunto revelación del campeonato. No quiso dar pie a las sutiles combinaciones con las que los realistas deleitan a su público. Y dio resultado, al menos hasta que la Real no salió de su insomnio inicial.
Conscientes de su función, Parejo y Albelda lograron arrebatar el balón a Illarramendi y Bergara. El Valencia circuló con paciencia mientras Soldado se peleaba con toda la defensa realista gracias a sus movimientos en la franja de tres cuartos. La primera ocasión con peligro para la meta del chileno Claudio Bravo llegó de las botas de Mathieu, en un libre directo que exigió la estirada. Después, el guardameta evitaría un posible tanto tocando el balón con las manos fuera del área, tras la vaselina de Soldado, sin que Fernández Borbalán se percatara.
Fue el anuncio del gol. Unos minutos después Soldado tradujo su desempeño en el tanto inicial. Peinó en el primer palo un balón colgado por Cissokho para que el esférico entrara por el palo largo. De forma esporádica, y con la nostalgia causada por la ausencia de su estilete Griezmann, la Real lanzaba golpes. ‘Chori’ Castro gozó de dos ocasiones consecutivas, pero la sombra de Ricardo Costa se cruzó de forma efectiva para desviar la trayectoria del balón.
Poco después llegaría el empate. Tras un córner botado por Chori, que tocó en corto con Vela, Iñigo Martínez recibió sólo en el segundo palo para volear y superar a Diego Alves. Los dos equipos se enzarzarían definitivamente en un intercambio de golpes. La importancia de los tres puntos era demasiada como para intimidarse. Esa pugna, llena de alternativas, no cesaría hasta el pitido final.
AGIRRETXE TUVO SU GRAN NOCHE
Con la confianza que otorga jugar resguardado por tu afición, y la fe en un estilo de juego que les ha catapultado para no perder un solo encuentro desde el 6 de enero, los realistas se hicieron dueños del encuentro. Los acercamientos al área del Valencia se sucedieron desde el inicio de la segunda mitad. Vela, Chori y Agirretxe no daban pausa a Mathieu y Ricardo Costa. No sólo eso, el sistema de Montanier también da opciones a la llegada de los defensas, como es el caso de De la Bella, que lo intentaría en un potente lejano disparo.
El Valencia se resguardaba, aunque no llegó a renunciar a un victoria que se alejaba en cada intentona local. Feghouli y Jonas apuraban línea de fondo sin efecto. El partido moriría a la contra. ‘Chori’ y Agirretxe combinaron en un contragolpe de libro para adelantarse (2-1). En tres pases rebasaron la defensa ‘che’ y dejaban tambaleándose a los visitantes. De seguido, con el Valencia buscando el empate, Agirretxe concluyó otra contra.
Anoeta estalló. Su equipo imperó en el caos. Volvió a salir airoso de un combate de pesos pesados. Eran los reyes del desorden. La casta de los de Valverde saldría a relucir con todo perdido. Anotó Jonas en el rechace de un disparo de Piatti (3-2). Se lanzarían con corazón a por el empate. Sin embargo, los locales estaban de dulce. Así, de nuevo Agirretxe llevó el balón a las redes. Firmó una obra de arte en forma de vaselina sobre Alves para cerrar con éxtasis una actuación de Liga de Campeones.
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