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El Real Madrid deberá jugarse en Old Trafford el pase a cuartos de final de la ‘Liga de Campeones’ tras empatar (1-1) ante el Manchester United en el primer duelo de enjundia para los de José Mourinho, atascados al calor de su afición y donde sólo Cristiano Ronaldo fue capaz de desarticular al rival con un bestial cabezazo que igualó el primer tanto de Welbeck.
El cuadro de Mourinho no tuvo rémoras para el ataque y quedó reflejado en la efervescencia inicial. El portugués estiró las líneas y apostó por presionar muy arriba, buscando la pérdida del United y los espacios para Ozil. Con el alemán en juego, en constante relación con la pelota, el Madrid es más Madrid. Y lo notó pese a la respuesta del equipo inglés, que buscó la velocidad de Danny Welbeck y Robin van Persie.
Por ahí pasó el ideario del equipo de Ferguson, más desaparecido en ataque, pero con buen trato de balón. No salió timorato y tampoco perdió la pausa tras el disparo de Coentrao al palo. Apenas habían transcurrido cinco minutos, pero las intenciones estaban sobre la mesa. Al Real Madrid le va la vida en la ‘Champions’. No hay ‘as’ en la manga y cuando juegas sin red el contrario lo nota.
En una de esas, un balón a la espalda de la defensa, el cuero terminó en córner, un tesoro para los británicos. Ahí apareció Welbeck, que ganó la posición a Sergio Ramos y firmó el primero de los ‘red devils’ con un testarazo inapelable para Diego López. El gol, sin embargo, no mató a los blancos, que siguieron confiando en Xabi Alonso para teledirigir su fútbol. El tolosarra, que regaló una colección de pases, fue vital en la construcción madridista.
Con el empuje habitual del Real Madrid llegó el premio para el Santiago Bernabéu, que consiguió callar la algarabía de la afición del Manchester, inagotable. Di María, –desaparecido hasta el momento- rememoró el gol de la Copa del Rey en Mestalla. Un centro del argentino acabó en la cabeza de Cristiano Ronaldo, quien se suspendió en el aire para acomodar su remate. Un tanto de pura belleza, donde pareció pararse el tiempo ante la incapacidad de los rivales.
El de Madeira, que no lo celebró, estampó su séptima diana en otras tantas apariciones y apagó el duelo hasta poco antes del descanso. Welbeck –el mejor del United– quebró la tranquilidad impuesta por el marcador al poner en apuros a Diego López, que desvió con la espalda en una extraña jugada. De ahí nació la misma calma que llegó tras el paso por túnel de vestuarios. El partido se enfrió, sobre todo, porque el United quiso echarse a dormir.
EL UNITED NO DEJÓ ESPACIOS
Esto no lo aprovechó el Madrid, que volvió a recurrir a Coentrao para terminar su ataque. El ex del Benfica, en otro remate dentro del área, obligó a De Gea a detener su tentativa con el pie. Una parada de mérito que convirtió el choque en un quiero y no pudo de los merengues y una retahíla de conformismos en los británicos, cuyo botín -el gol en campo ajeno– ya estaba en la buchaca.
Van Persie siguió reclamando protagonismo y Xabi Alonso impidió el 1-2 en un balón mal pegado por el holandés, que enfilaba la línea de gol. Higuaín mejoró la cara del Real Madrid, obtuso en los metros finales, y no encontró la rendija para desarmar al líder de la Premier. Cristiano la buscó con una falta muy lejana y también Khedira, que dispuso de un balón al borde del área. Un caramelo para el alemán que detuvo De Gea.
Al final se demostró que sí importaba Granada, y el Betis, y la derrota en Balaídos, entre otras. La mala temporada del Real Madrid se ha trasladado a la ‘Champions’, pese a ser mejor que su rival. Los merengues, que intentaron aislarse de su sinuosa campaña para salvar el curso, se han dado cuenta de que el ‘Viejo Continente’ es una montaña muy alta. La próxima parada será en el ‘Teatro de los Sueños’, el 5 de marzo.
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