Sergio Llull no empaña el estreno del nuevo Buesa Arena

El Real Madrid ha caído derrotado (67-66) ante el Caja Laboral, poniendo así en peligro la segunda posición de la Liga Endesa, puesto que los baskonistas se sitúan a un triunfo, tras una victoria trabajada y sustentada en los 12 puntos de un Nocioni que regresaba siete años después a vestir la camiseta del equipo vitoriano.

En un remodelado Fernando Buesa Arena que batió el récord de asistencia a un encuentro ACB, con 15.504 espectadores reunidos para jalear a los suyos, el Caja Laboral planteó un partido con mucho oficio para sacar una importante victoria (67-66) y acercarse así al segundo puesto de la clasificación que ostentan los blancos a tiro de una victoria.

Un triple de Lampe redondeó un fantástico parcial de salida (9-3) favorable a los vascos. Las pérdidas de balón y el buen hacer defensivo de los baskonistas, lastrado con cinco faltas en menos de siete minutos, frenaron el caudal ofensivo que caracteriza a los de Pablo Laso esta temporada. Dicho guarismo se mantuvo durante varios minutos, debido a la supremacía de las defensas sobre los ataques.

De nuevo sería Lampe el que rompiese dicho marcador para redondear un parcial (11-0) con que los locales remontaron el triple inicial de Mirotic. Tres puntos de Reyes, un tiro libre y una canasta de dos, cortarían la hemorragia abierta por el equipo de Dusko Ivanovic, en un cuarto que concluyó con los locales doblando la anotación de su oponente (14-7).

Con muy malos porcentajes de acierto en canastas de dos puntos, sendos contendientes tuvieron serios problemas para perforar el hierro rival. Si bien, a modo de goteo, los vitorianos fueron ampliando su ventaja en el electrónico ante un Real Madrid que echó de menos a su mejor tirador, Jaycee Carroll, que resultó baja aquejado de una pancreatítis aguda.

Un triple de Velickovic y un espectacular tapón de Mirotic culminaron una cierta mejoría de los blancos, que por primera vez en muchos minutos, se acercaron a los registros de un Caja Laboral que supo aprovechar el bonus de faltas al que se vio abocado el conjunto blanco para secar el acierto ofensivo de los baskonistas. De nuevo con un fallo madridista se cerró el parcial, con ocho puntos de ventaja (34-26) para el Baskonia.

PABLO LASO PUSO SU CONOCIMIENTO DEL JUEGO AL SERVICIO DE LLULL
Una canasta de Llull y un triple de Singler y un ‘dos más uno’ de Begic echaron por tierra todo el trabajo de los pupilos de Ivanovic, permitiendo que diera comienzo un nuevo encuentro. Cinco puntos seguidos del ‘Chapu’ Nocioni, que años después volvía a jugar ante la que fue su afición antes de emprender rumbo a la NBA, permitieron que el Caja Laboral tomase algo de aire.

Si bien, a base de triples, el Real Madrid pudo revertir lo que se presuponía un descalabro y tomar la delantera en el partido (42-43). A partir de ahí, ambos quintetos se enfrascaron en un intercambio de golpes. De dicho juego de poder a poder, los blancos resultaron mínimamente vencedores, encarando el último cuarto por delante (48-50).

El partido resultó áspero e incómodo de disputar para ambos conjuntos, lo que derivó en una mengua de los porcentajes de anotación. En ese momento, emergió la figura de Nemanja Bjelica para encadenar dos triples consecutivos que parecieron decantar la balanza del lado local, aunque los blancos supieron volver a salir a flote.

Y así lo hicieron, capitaneados por Llull y Singler. A falta de cinco minutos, ambos conjuntos estaban separados por un punto (61-60) y ambos habían completado el cupo de faltas. Con todo por decidir, fueron los bases los que se erigieron protagonistas. En primer lugar fue Prigioni el que con tiempo para haber ralentizado el ataque, se jugó un triple que falló.

Con tiempo para un único ataque y un punto abajo en el marcador (67-66), Sergio Llull subió la pelota, agotó el tiempo de partido, y sin pensárselo, se internó en busca del aro baskonista. La jugada concluyó con pelota de banda para el Madrid, a falta de cuatro décimas de segundo. Un gran movimiento de Pablo Laso tras un tiempo muerto, puso al balear sólo ante el aro rival para machacar, en una canasta que no supo encestar, materializando así la derrota madridista.

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