El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, se reunirá el viernes con representantes de los pescadores de las localidades gaditanas de La Línea de la Concepción y Algeciras, con los que mantiene un conflicto desde marzo pasado relacionado con la normativa que deben seguir para faenar en las aguas que rodean el Peñón.
Según el Gobierno de Picardo, el objetivo del encuentro es «evaluar los progresos realizados por el grupo de trabajo» formado por los pescadores afectados y expertos medioambientales designados por Gibraltar para abordar el conflicto.
En marzo pasado, el Gobierno de Picardo rompió unilateralmente un acuerdo de 1999 que permitía a la flota gaditana faenar sin restricciones en las aguas que rodean el Peñón siempre y cuando no se acercaran a menos de 220 metros de la costa.
Bajo el argumento de querer preservar la fauna marina dentro de las tres millas territoriales que Gibraltar y Reino Unido reivindican como propias, Picardo quiere imponer a la flota gaditana el cumplimiento de una ley gibraltareña sobre las especies que se pueden pescar y con qué artes.
Los pescadores, por su parte, quieren volver a la situación acordada con el anterior Ejecutivo de Gibraltar en 1999, entre otras cosas porque consideran que las aguas en las que faenan son de soberanía española, pues no se cedieron en el Tratado de Utrecht de 1713.
Cabe recordar que, tras la convocatoria de Picardo, las comisiones técnicas integradas por pescadores afectados y expertos de Gibraltar no celebraron la reunión que tenían prevista para este lunes, fecha que la delegación española se había marcado en principio como límite para alcanzar un acuerdo que permitiera recuperar la normalidad.
Tras estudiarlo, los pescadores decidían esta semana acudir a la cita con el ministro principal de la colonia y «agotar la vía del diálogo». Los episodios de tensión «casi diarios» que viven con las autoridades gibraltareñas –el último ocurrido este miércoles con el pesquero linense ‘Divina Providencia’– no les han hecho cambiar de idea. Y es que están convencidos de que la del viernes será «la reunión definitiva» y, de no solucionarse entonces este asunto, «pasará a ser una cosa del Estado».
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