Nov 182011
 

RAÚL PRECIADO GÓMEZ
Vivimos tiempos en los que al afrontar cada día podríamos pensar: ‘hoy todo será peor que ayer, pero mejor que mañana’. Y, ¿qué piensan esos casi 5.000.000 de desempleados (que serían más si contabilizásemos jubilaciones anticipadas, desempleados que ‘participan’ en cursos, etc.) cada amanecer? Y lo más grave, ¿alguien ha pensado cómo darles una solución para que al menos se sientan útiles y reconfortados por realizar cada día su trabajo?

Mientras nuestras empresas pierden competitividad, nuestro Producto Interior Bruto (PIB) disminuye, el consumo se ralentiza, la prima de riesgo se dispara, el desempleo aumenta, el riesgo de entrar en recesión asoma y otros miles de indicadores negativos nos marcan un futuro de fuertes turbulencias, ¿por qué no convertir el desempleo en Producto Interior Bruto?

Sí señores políticos, pagar un salario en la cola del paro para no producir es desperdiciar cada día el futuro de nuestro país y el de los españoles.

Piensen por un momento que podríamos incrementar nuestro PIB si a todos y cada uno de esos 5.000.000 de desempleados el Estado les pagase un salario mensual, por ejemplo 1.000 € mensuales durante doce meses, condicionado a clasificarlos laboralmente en función a su experiencia profesional y formación para, posteriormente, poder ofrecer el Estado su mano de obra a las empresas y autónomos de este país, por ejemplo ofreciendo la mano de obra de un desempleado a ‘coste 0’ para la empresa por cada dos empleados en activo, durante un periodo de tiempo marcado. Eso sí, todo ello controlando que las empresas receptoras mantuviesen su número de empleados para paliar que, como les sale gratis, dejasen de contratar o disminuyesen sus plantillas.

También podría llevarse a cabo un sistema mixto de formación-trabajo. De formación recibiendo durante media jornada una formación específica al puesto a ocupar en la empresa receptora, con su correspondiente valoración, y de trabajo desarrollando la labor en la empresa receptora para la que haya sido seleccionado durante la otra media jornada.

Con esta medida nuestras empresas y autónomos podrían ser más competitivos, sobre todo en  costes, con respecto a otras empresas a nivel internacional ya que los costes totales de mano de obra serían menores, mientras que por el contrario, se incrementaría la producción convirtiendo así el desempleo en fuerza productiva a ‘coste 0’ para las empresas y las percepciones por desempleo en PIB. Además las personas desempleadas se sentirían realizadas y podrían mejorar su formación para un puesto de trabajo concreto si optasen por el sistema mixto.

Llegada la finalización de este periodo de cesión de un desempleado a ‘coste 0’ para la empresa, en cualquiera de los dos sistemas, permitiría a las empresas que pudiesen al menos plantearse contratar al desempleado, por el alivio financiero que puede suponer el ahorro de coste disfrutado, o bien en caso demostrable de imposibilidad de contratarlo emitir un informe sobre el mismo. Eso sí, si el desempleado tuviese un informe negativo, sobre todo en su actitud, el Estado debería tomar las medidas y sanciones necesarias para corregir la misma y posteriormente valorar, en caso de mejora, darle una nueva oportunidad de reinsertarse en el mundo laboral. De esta forma combatiríamos también el fraude del paro y se podría regular que quien rechazase el empleo propuesto perdiese automáticamente la percepción por desempleo.

Tampoco debemos olvidarnos que en este país cuando una persona, desgraciadamente, pierde su puesto de trabajo no se realiza ningún estudio o valoración de la capacidad de respuesta financiera que tiene ese desempleado. Por eso el Estado debería de adoptar las medidas necesarias para adaptar las percepciones económicas en función a la liquidez, rentas y propiedades de cada desempleado.

Todo esto debería de estar sustentado sobre otra serie de medidas de control en campos tales como las bajas ficticias y los abusos en el mercado laboral, apoyando al mismo tiempo a los emprendedores y empresarios o al menos no poniéndoles trabas.

Señores políticos, los tiempos han cambiado y mucho, todo ha evolucionado a un ritmo vertiginoso y hemos pasado de la euforia de crecimientos económicos inusitados a pesimismos en medio de una crisis que ha afectado a todo y a todos. Debemos evolucionar, reconvertirnos, mejorar y reinventarnos, eso es lo que marcará el futuro de este país. Por todo ello hay que llevar a cabo medidas encaminadas a acabar con el desempleo y reconvertirlo en PIB y competitividad.

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Raúl Preciado Gómez es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales

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  2 Responses to “Convirtamos el desempleo en producto interior bruto”

  1. Convirtamos el desempleo en producto interior bruto, por Raúl Preciado Gómez http://t.co/mGNu7Ixf

  2. Este artículo dice cosas curiosas que dan mucho que pensar. http://t.co/4RBnt8kk

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