La jefa de la Policía noruega, Janne Kristiansen, asegura que por el momento no hay pruebas que vinculen al autor confeso del doble atentado del viernes, Anders Behring Breivik, con grupos de extrema derecha. El propio Breivik asegura que hace nueve años entabló relación con dichos extremistas británicos.
La jefa de Policía insiste en que actuó completamente solo. «No tenemos evidencias o indicaciones que apunten a que haya formado parte de un movimiento más amplio o haya estado conectado con otras células o que haya otras células», ha dicho a la BBC.
Kristiansen no piensa que Breivik esté loco, tal y como ha sugerido su abogado. En cambio, le define como una persona malvada y calculadora que pretendía ser el centro de atención.
Breivik, de 32 años, mantiene una ideología extremista anti-islámica. Se enfrenta a cargos por terrorismo, y la Policía medita si acusarle también de crímenes contra la Humanidad para elevar así la condena hasta los 30 años. Aunque acepta ser el autor de los atentados que dejaron 76 víctimas mortales en Oslo y Utoya, Breivik niega los cargos de terrorismo.
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