Mar 152016
 

El secretario político de Podemos en Castilla-La Mancha y miembro de la Unidad de Análisis Estratégico de la formación a nivel nacional, Francis Gil, ha apuntado que, si finalmente se convocan elecciones en junio, la estrategia de su partido será la de «aumentar las confluencias» y las «marcas moradas» en las comunidades autónomas para «diversificarlas territorialmente y sumar cuanto más mejor».

   Gil ha asegurado a Europa Press que en el seno del partido, aunque suene «ingenuo», no se ha valorado hasta el momento volver a un escenario de repetición de elecciones, remarcando que desde la Dirección se está trabajando «en que se conforme un Gobierno» de izquierdas.

   Pero si hay nuevas elecciones, ha dejado claro que descarta ir en coalición con IU. «Estaríamos encantados de que IU se uniera pero no vamos a renunciar a esta aventura ciudadana para sumar una sopas de siglas. Estamos intentado otra cosa, hay que sumar a todo al mundo», ha señalado.

   En esta línea, no ha descartado «reformar las formas de trabajo» en regiones como Andalucía, País Vasco o Madrid, abogando por «sumar espacios» y «confluir» para «aumentar la representación».

   Gil ha parafraseado, en este punto, al dirigente de Podemos Rafael Mayoral, asegurando que el partido «tiene la forma jurídica de un partido pero espíritu de un movimiento» y descartando que haya «crisis interna». «Hay muchas almas en Podemos, no somos un partido al uso, somos una máquina electoral conformada por montones de alas, con diversidad y pluralidad, y quizá eso le choque a la vieja política», ha afirmado.

LOS NACIONALISTAS SE ABSTENDRÍAN

   Este miembro de la Unidad de Análisis Estratégico tiene la convicción de que las fuerzas nacionalistas con presencia en el Congreso de los Diputados «podrían abstenerse» para facilitar ese Gobierno con el PSOE al frente y con la Vicepresidencia de Pablo Iglesias, lo cual considera «la única solución política» en estos momentos.

   En este sentido, ha recordado que en el pasado reciente incluso el PSOE «llegó a acuerdos» con Esquerra Republicana, una fuerza política democrática «que ahora sataniza».

   Sobre la hipotética postura que pudieran adoptar los nueve diputados de Esquerra Republicana y los ocho de Democràcia y Llibertat frente a un pacto liderado por PSOE y Podemos, Francis Gil ha reconocido contactos con ambos partidos, además de que «ya abrieron la puerta a la abstención» en el debate de investidura.

   Ha dicho sobre Democràcia i Llibertat que es un partido «no afín a Podemos», pero que aún así estaría «dispuesto» a facilitar ese Gobierno, aunque no a cambio de nada», ya que lo que no gusta en el seno de ese partido es «que un partido como C’s» sea protagonista en el Gobierno.

    «No les gusta esto, es un partido que defiende la unidad de España por encima de todas las cosas y que ha demostrado un anticatalanismo feroz, creciendo con un discurso atroz y actuando como un acelerador de independentistas», ha agregado.

   Sobre la moneda de cambio para esa abstención de partidos nacionalistas, ha enfatizado que no solo podría reducirse a un referéndum en Cataluña sobre el derecho a decidir, ya que «hay muchas vías por explorar» para solucionar el conflicto separatista.

EL PSOE «REHÉN» DEL PACTO CON CIUDADANOS

   En todo caso, ha defendido que si hay algún partido en la negociación de un Gobierno de izquierdas que tiene «líneas rojas» ese es el PSOE, a quien le ha afeado además que «no quiera sentarse con nadie si no es de la mano con Ciudadanos».

   «No entendemos esta situación, el PSOE es ahora rehén de un pacto que no suma mayoría», ha dicho Gil, invitando a los socialistas a romper con ese acuerdo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera.

   Al respecto del contenido de ese pacto, ha calificado como «indigno» que el líder socialista «haya  engañado a su electorado». «No pude uno decir en campaña que va a derogar la reforma laboral y al pactar un Gobierno, acentuarla».

   En este punto, ha subrayado que la postura de Pedro Sánchez en campaña electoral «era mucho más de izquierdas» y había más afinidad con su discurso desde el seno de Podemos. «Nos querían incluso adelantar por la izquierda, lo que nos parecía estupendo, pero ahora han girado a la derecha», ha lamentado.

ALERTA DE UNA POSIBLE «FRACTURA INTERNA» EN EL PSOE

   El dirigente de Podemos ha apuntado que «gran parte del PSOE está de acuerdo» con el equipo negociador de Podemos, defendiendo que hay gran parte de la militancia socialista a la que no ha gustado el pacto con Podemos.

   «Tengo la sensación de que la mayoría del Grupo Parlamentario Socialista ve con buenos ojos el acuerdo con Podemos, como ocurre en Castilla-La Mancha. La gente ya nos conoce y ve como funcionamos en el Ayuntamiento de Madrid o en Aragón», ha señalado.

   Aunque ha insistido en que no se ha estudiado qué pasaría ante un nuevo escenario electoral, ha puesto el acento en que los socialistas «pueden verse reducidos a ser la cuarta fuerza política» del país si se vuelve a las urnas. «Hemos ganado fuerza y experiencia, luchando contra una ley electoral muy dura», ha advertido al respecto.

   Sobre si Podemos puede hacer alguna concesión frente a sus planteamientos de inicio para facilitar la investidura de Pedro Sánchez, ha matizado que en una negociación «siempre hay que hacer concesiones» para lograr el objetivo. «Ambas partes tendremos que llegar a un punto intermedio».

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