May 222014
 

Un informe interno del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación propone usar a la selección española de fútbol para hacer política internacional, apoyando por ejemplo procesos de reconciliación nacional en terceros países después de un conflicto.

Aprovechando la clasificación de dos equipos españoles (Real Madrid y Atlético de Madrid) en la final de la UEFA Champions League, la Oficina de Análisis y Prevención del departamento ha elaborado una nota informativa donde defiende «iniciar un proceso de reflexión y de selección de propuestas» para desarrollar una «diplomacia deportiva».

El texto, al que ha tenido acceso Europa Press y que lleva por título ‘El éxito del fútbol español: clave geopolítica y potencial diplomático’ analiza las «causas» del éxito actual del fútbol español y plantea ideas para poner a ‘La Roja’ y a sus jugadores al servicio de los intereses de España en materia de relaciones internacionales.
Sugiere, por ejemplo, que la selección podría servir para «apoyar desde fuera procesos internos de reconciliación», como hizo Brasil en Haití en 2004, cuando organizó un partido de fútbol entre ambas selecciones para el que se distribuyeron entradas a cambio de armas, en medio de los esfuerzos por desarmar a los rebeldes leales al depuesto presidente Jean Bertrand Aristide.
Esta iniciativa, asegura el informe, «reforzó en gran medida el prestigio diplomático de Brasil, muy especialmente en Latinoamérica». «La selección española de fútbol –añade– tiene en este momento un potencial comparable a la selección brasileña». «Es conveniente que la diplomacia española tenga presente este potencial para saber ponerlo a disposición de algún proceso político comparable al de Haití», apunta.

SIN EMBAJADORES DE BUENA VOLUNTAD

Hasta que se presente una situación de estas características –el documento no identifica ninguna– defiende utilizar a la selección en su conjunto o a sus jugadores de forma individual para servir otros intereses en materia de cooperación al desarrollo, incorporándoles por ejemplo al plantel de Embajadores Internacionales de Buena Voluntad de Unicef, donde «no hay un solo español», advierte la nota, que considera que el deporte español tiene «un inmenso capital humano insuficientemente aprovechado».
El informe, dirigido al gabinete del ministro y a otras áreas del Ministerio, considera que el fútbol ha demostrado ser más un factor de unión que de discordia en las relaciones internacionales, a pesar de algunas tristes excepciones, como el partido que disputaron en 1969 las selecciones de El Salvador y Honduras y que desencadenó la conocida como Guerra del Fútbol, que provocó más de 6.000 muertos.
Por lo que se refiere a ‘La Roja’ como factor de cohesión interna del país, la nota reconoce que, aunque el fútbol tiene un impacto muy amplio en la sociedad, este impacto «no es muy profundo» pues no afecta generalmente a los valores que suelen mover a las personas.
«Cualquiera que hubiera cifrado sus esperanzas en que la selección española, por ejemplo, hubiera servido para reforzar el sentimiento de unidad nacional, se habrá visto defraudado al comprobar que las fuerzas centrípetas existentes en España se hayan disparado en estos últimos años, precisamente cuando la selección ha llegado a reinar en el fútbol como nunca en su historia», razona.
Solo si un equipo se identifica con unos valores socialmente compartidos, y ayuda a promoverlos, puede esperarse que sus éxitos tengan algún «impacto real» en las actitudes de la gente, añade.
En este punto, la nota aporta una nueva idea. Cree que si la selección colaborara y se asociara permanentemente con «algún proyecto nacional exitoso y con significación ética (el sistema nacional de trasplantes, por ejemplo) contribuiría previsiblemente a aportar profundidad al impacto que ejerce en la sociedad española». «De un simple equipo de fútbol no cabe esperar transformaciones políticas o sociales significativas», insiste.

GRACIAS A EUROPA E IBEROAMÉRICA

El informe atribuye en buena medida el éxito alcanzado por el fútbol español a la realidad geopolítica de España, y en concreto, a su pertenencia a dos grandes áreas regionales, Europa e Iberoamérica, que albergan a las grandes potencias del fútbol.
La nota explica cómo la legislación de la doble nacionalidad, junto a la proximidad lingüística y cultural, permitió desde los años 50 el fichaje de jugadores y entrenadores latinoamericanos que llegaron incluso a vestir los colores de la selección española, como fue el caso de Alfredo di Stefano.
En los años 70, pero sobre todo a partir de mediados de los 90, la libre circulación de trabajadores de la UE favoreció la llegada de profesionales europeos del fútbol.
El informe sostiene que esta doble pertenencia a los espacios europeos e iberoamericanos, y lo que han aportado a España, debería ponerse en valor y difundirse bien, pues podría ayudar a reforzar la «autoestima» de los españoles, proyectando una imagen de España que conecta sus logros con sus raíces.

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