El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha sancionado este miércoles la Ley de Defensa, que contiene previsiones que hacen muy difícil cerrar la cárcel militar de Guantánamo (Cuba), tal y como pretendía el jefe de Estado.
El Congreso –dominado por la oposición republicana– aprobó el pasado 10 de noviembre el proyecto de ley con el gasto autorizado para Defensa en 2016, que esconde una serie de obligaciones que impedirán a Obama cerrar Guantánamo.
La Casa Blanca había pedido al Congreso que cambiara el borrador e incluso había amenazado con que Obama usara sus facultades presidenciales para vetar la ley y enviarla de nuevo a la sede legislativa, si bien volvería con idéntico resultado.
Obama finalmente ha accedido a firmar la norma jurídica, a pesar de que no le permitirá cumplir la que fue su promesa estrella en la campaña electoral que le catapultó a la Presidencia estadounidense y que retomó de cara a su reelección.
«Como he dicho siempre, la continuidad de estas instalaciones debilita nuestra seguridad nacional absorbiendo recursos, dañando nuestra relación con nuestros aliados e incitando a los extremistas violentos», ha dicho tras rubricar la ley.
Por ello, ha considerado «imperativo que demos pasos responsables para reducir la población en estas instalaciones al mayor nivel posible para poder cerrarla», recordando que ya ha logrado reducirla un 85 por ciento desde su punto álgido.
Obama ha insistido en que, si el obstáculo que avista el Congreso es que el traslado de presos de Guantánamo viola la separación de poderes del Estado, «el Gobierno buscará otra forma que evite el conflicto constitucional».
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