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Los ministros de Interior de la Unión Europea discutirán este martes lo ocurrido frente a las costas de la isla italiana de Lampedusa, en donde la semana pasada murieron más de un centenar de inmigrantes al naufragar el barco con el que viajaban a suelo europeo. El debate se ha programado a petición de Italia, que ha criticado la inacción de la UE y reclama la solidaridad de sus socios para soportar la presión migratoria.
El viceprimer ministro italiano y responsable de Interior, Angelino Alfano, tendrá la oportunidad de exponer a sus colegas la «situación de emergencia» en Lampedusa por la constante llegada de inmigrantes irregulares que escapan de los países del sur del Mediterráneo.
Ello servirá para «generar debate» y abrir una discusión más profunda entre los Veintiocho, pero es poco probable que sea «concluyente», según fuentes diplomáticas para las que los medios y recursos de la UE son «limitados», pero también falta voluntad política de los Estados miembros, a quienes competen la vigilancia y control de las fronteras.
Italia y otros países como Malta y Grecia, a donde llegan la mayoría de refugiados que escapan de conflictos como los de Siria y Libia, han llamado en varias ocasiones a la Unión Europea a demostrar «solidaridad», para que los solicitantes de asilo no se instalen únicamente en los países de entrada. Sin embargo, otros países como Alemania, Francia y Suecia, e incluso España, en donde los flujos de migración no están tan vinculados a razones políticas, sino económicas o sociales, se resisten a atender esta petición, explican las fuentes.
A corto plazo, la Unión Europea podría optar por «reorientar» los trabajos de la Agencia de control de fronteras europeas (FRONTEX) y reforzar las medidas de vigilancia para frenar la llegada de migrantes y combatir la actividad de las mafias.
Por su parte, la Comisión Europea ha rechazado las críticas llegadas desde Italia y ha querido dejar claro tras las primeras horas de la tragedia que son los Estados miembros los responsables de controlar las fronteras, y que Bruselas sólo puede dar apoyo si existe una petición formal de un Gobierno.
De hecho, el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, ha anunciado a un día de la reunión de ministros que se desplazará a Lampedusa este miércoles, 9 de octubre. Su objetivo es explorar las posibles «medidas y acciones concretas» que se podrían emprender a escala europea, «teniendo en cuenta los recursos y competencias» de Bruselas.
En los últimos días, la Comisión ha recalcado que los 28 han recortado el presupuesto para Frontex en los últimos años, pese a que las peticiones de ayuda de los Estados miembros van en aumento. En 2013 se destinaron 85 millones a FRONTEX, de los que 50 fueron a parar a misiones operativas, incluidas dos actualmente en marcha para ayudar a Italia, una en colaboración con Malta y otra, con Grecia.
La UE ultima, además, la entrada en vigor para el próximo diciembre de otro instrumento llamado ‘Eurosur’ para mejorar el intercambio de información y reforzar la colaboración entre los 28 de cara a vigilar la circulación de embarcaciones clandestinas en el Mediterráneo.
En el marco de los debates sobre migración, los ministros también discutirán sobre la libertad de circulación en la Unión Europea, después de que Reino Unido, Austria, Alemania y Países Bajos se quejaran la pasada primavera de «abusos» en este sistema, algo sobre lo que Bruselas deberá pronunciarse en esta reunión.
Por otro lado, la reunión de Luxemburgo dedicará también parte de su tiempo a tratar de cerrar un acuerdo para designar una sede temporal para el Colegio europeo de Policía (CEPOL), que Londres dejará de albergar a partir de marzo. Siete ciudades europeas han presentado su candidatura, incluida la española Ávila.
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