Feb 132013
 

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado un paquete de medidas para reactivar la economía estadounidense, centrado en la reducción del déficit público, al tiempo que ha reafirmado su compromiso con una seria de políticas sociales, entre ellas la reforma migratoria.

«Hace 51 años, (el presidente estadounidense) John F. Kennedy declaró ante este Congreso que ‘la Constitución no nos hace rivales por el poder, sino socios para el progreso’. Y es mi obligación informar y mejorar el Estado de la Unión», ha dicho en la apertura de su discurso.

El inquilino de la Casa Blanca ha dicho que, «gracias al esfuerzo y a la determinación del pueblo estadounidense (…), podemos decir con renovada confianza que hemos limpiado los restos de la crisis y que el Estado de la Unión es más fuerte».

A pesar de ello, ha advertido de que «todavía hay millones de estadounidenses cuyo duro trabajo y dedicación no se han visto recompensados». «Nuestra economía está creando puestos de trabajo, pero todavía hay gente que no puede encontrar uno; los beneficios empresariales han aumentado, pero todavía hay salarios que siguen iguales», ha lamentado.

Por ello, ha instado a los dos partidos políticos a «asumir la tarea de nuestra generación: reiniciar el verdadero motor de la economía estadounidense: una clase media en alza». «Nuestra tarea inacabada es restaurar el principio básico de que si trabajas duro, puedes salir adelante. No importa de dónde seas, cómo seas, a quién quieras», ha apuntado.

Obama ha insistido en que ambos partidos deben superar el enfrentamiento que durante los dos últimos años ha paralizado el Congreso. «El pueblo estadounidense no espera que el gobierno solucione cada uno de sus problemas, ni que nos pongamos de acuerdo en cada asunto, sino que pongamos los intereses nacionales por delante de los del partido», ha explicado.

DÉFICIT PÚBLICO
En primer lugar, ha señalado la necesidad de seguir con el esfuerzo para reducir el déficit público, pero, al igual que hizo durante sus tres debates electorales frente al ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, ha defendido ajustar las cuentas públicas mediante una reforma fiscal equitativa.

«Nuestro trabajo debe comenzar tomando algunas decisiones básicas sobre nuestro presupuesto, decisiones que tendrán un gran impacto sobre nuestra recuperación. En los dos últimos años, los dos partidos hemos trabajado para reducir el déficit público y subir los impuestos, la pregunta es ¿cómo?», ha planteado.

Obama ha recordado que si ambos partidos no llegan a un acuerdo «entrará en vigor de forma automática un acuerdo que supone un recorte de un trillón de dólares, que acabará con prioridades como educación, investigación médica y energía». «Algunos proponen evitar solamente los recortes en defensa. Esa idea es todavía peor», ha sentenciado.

En contraposición, ha abogado por «una aproximación equilibrada al problema del déficit público, con recortes en el gasto y en el ingreso, con todo el mundo haciendo un esfuerzo justo, compartido». «Eso es lo que voy a ofrecer esta noche», ha anunciado.

En la partida de gasto, ha dicho que reformará el sistema Medicare para «ahorrar la misma cantidad de dinero durante la próxima década que las propuestas de la comisión Simpson-Bowles». En concreto, ha anunciado que reducirá «los subsidios de los contribuyentes a las compañías farmacéuticas» y que basará el sistema de cobro en la calidad del servicio, no en el número de visitas o de recetas.

En la de ingresos, ha abogado por una reforma fiscal que permita acabar con «las lagunas y deducciones fiscales a los más ricos» y reducir los impuestos que pagan las pequeñas y medianas empresas para que puedan generar más puestos de trabajo.

«El déficit público es una gran emergencia. No podemos pasar una crisis a las siguientes generaciones», ha asumido. «Pero no se puede ahorrar cientos de millones de dólares en sanidad y educación sin acabar con las lagunas y deducciones fiscales. ¿Es eso justo?», ha cuestionado.

MEDIDAS DE APOYO
Si bien, ha subrayado que la reducción del déficit público «no es un plan económico por sí solo». Por ello, ha formulado una serie de propuestas que, aunque «no aumentarán el déficit público en un solo centavo», reactivarán la economía estadounidense. «No necesitamos un Gobierno más grande, sino uno mas inteligente», ha sostenido.

Así, ha prometido seguir ahondando en la industria estadounidense el gas y del petróleo para reducir la dependencia del extranjero y seguir invirtiendo en energías renovables para proteger el medio ambiente. A este respecto, ha anunciado la creación de un fondo federal que subsidiará proyectos de eficiencia energética.

«Hoy ninguna idea es más prometedora que la energía, pero tenemos que hacer mas por el bien de nuestro hijos, tenemos que hacer más contra el cambio climático», ha defendido. «Podemos elegir creer que las olas de calor, las sequías, la inundaciones son una mera coincidencia o podemos elegir creer en el juicio mayoritario de la ciencia y actuar antes de que sea demasiado tarde», ha apuntado.

En segundo lugar, ha señalado la necesidad de mejorar la red de infraestructuras de Estados Unidos y ha anunciado un plan para asistir a las ciudades y comunidades más deficientes en este sentido. «Tenemos que hacer lo que nuestras empresas necesitan, tenemos que atraer capital privado, tenemos que probar que somos el mejor país del mundo para hacer negocios», ha dicho.

Sin embargo, ha considerado necesario que, en paralelo a todas estas medidas destinadas a la industria y los empresarios, «un día honesto de trabajo sea recompensado con salarios honestos». Por ello, ha recuperado la propuesta de Romney de subir el salario mínimo federal a nueve dólares por hora. «Declaremos que en la nación mas rica de la Tierra nadie que trabaje a tiempo completo vive por debajo del umbral de la pobreza», ha instado.

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