Feb 012013
 

Uno de los heridos a causa del incendio declarado el pasado domingo en la discoteca Kiss de Santa María, en el estado de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil, ha fallecido, con lo que ascienden a 236 las víctimas mortales por este suceso.

Según ha informado el diario ‘Folha’, se trata de Matheus Rafael Raschen, un estudiante de 20 años de edad de Tecnología de Alimentos de la Universidad Federal de Santa María (UFST), que estaba ingresado en el Hospital de Socorro de Porto Alegre con pronóstico grave por haber inhalado una gran cantidad de humo.

El Ministerio de Salud ha informado de que un total de 568 personas han sido atendidas estos días en centros sanitarios a causa del incendio en Kiss, de los cuales 86 siguen ingresados en las unidades de cuidados intensivos.

ESPUMA INFLAMABLE
Por otro lado, el delegado regional de Policía, Marcelo Arigony, ha afirmado este jueves, en una rueda de prensa, que la espuma colocada en el techo para insonorizar el local «fue la causa de las muertes».

Arigony ha explicado que esta espuma es altamente inflamable, por lo que, aunque se usa con normalidad para insonorizar locales y viviendas, se mezcla con agentes químicos que retardan la combustión.

Si bien, ha subrayado que la Policía todavía está a la espera de recibir el informe pericial que confirme que la espuma actuó como catalizador de las llamas.

A ello, ‘Folha’ ha añadido que, después de colocar el nuevo revestimiento insonorizador, el local de ocio nocturno no había pasado por ninguna inspección pública.

A lo largo de esta semana, se ha conocido que tanto el Plan de Prevención de Incendios como la licencia de actividad de la discoteca estaban caducados desde el pasado mes de agosto y que el aforo era de entre 1.200 y 1.500 personas, cuando debía ser de 691.

LA TRAGEDIA
El incendio comenzó a las 2.30 horas del domingo a causa de un espectáculo pirotécnico que hizo arder el material para el aislamiento acústico de la discoteca, donde se estaba celebrando una fiesta de estudiantes de la UFSM.

En el momento de la tragedia, entre 300 y 400 personas se encontraban en la discoteca, según la última revisión del aforo, pero muchos de ellos no lograron salir por la única salida de emergencia, por lo que la avalancha humana provocada por el pánico fue fatal.

Los bomberos se vieron obligados a abrir un agujero en una de las paredes de la discoteca para sacar a los asistentes. Sin embargo, hasta bien entrada la mañana no se supo el número definitivo de víctimas debido a lo complejo de la operación de rescate.

Como consecuencia de ello, 235 personas han muerto, en su mayoría estudiantes universitarios, y decenas han resultado heridas, de las cuales 118 siguen hospitalizadas, 75 en estado grave, según el último balance oficial.

En este contexto, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha declarado tres días de luto oficial y ha suspendido su participación en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se celebra en Santiago de Chile, para consolar a las víctimas.

Se trata del segundo peor incendio de la historia del país sudamericano. La mayor tragedia se vivió en 1961, cuando 503 personas murieron en Río de Janeiro a causa del fuego que se declaró en el Gran Circo Brasileño.

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