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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha afirmado este miércoles que la recapitalización directa de los bancos se podrá aplicar cuando funcione el supervisor único bancario, a partir de marzo de 2014, y ha subrayado que España es la más interesada en que este mecanismo se ponga en marcha porque una mayor supervisión transmite una mayor garantía de seguridad y confianza en el sector.
Así lo ha afirmado durante su primera intervención ante el Pleno del Congreso para dar cuenta del Consejo Europeo de la pasada semana, que «cumplió el objetivo» de acordar la asignación de facultades de supervisor bancario al Banco Central Europeo (BCE), «algo impensable a principios de año». «Es una muy buena noticia», ha insistido.
Un «elemento clave» para los intereses españoles en esta materia es que se permita que las inyecciones de capital puedan efectuarse de forma directa en las entidades que lo necesiten, una idea que «se abre paso» y que «se hará realidad una vez establecido el supervisor único». «Sus reglas se han establecido previendo ya esta posibilidad», ha afirmado Rajoy.
A su juicio, esto es un «logro muy importante» porque contribuirá a «romper el vínculo de contagio entre la deuda soberana de los países y la de los bancos», que actualmente lastra el acceso a la financiación en los mercados internacionales.
EL PRESIDENTE PREFERIRÍA QUE SUPERVISARA AL 100% DE ENTIDADES
A renglón seguido, ha resumido las normas que regirán este nuevo instrumento, que supervisará a todas las entidades bancarias europeas que cuenten con más de 30.000 millones de euros de capital –lo que en España supone el 95% de los activos–, mientras que el resto serán supervisadas por las autoridades nacionales, «aunque el BCE podrá reclamar la supervisión en cualquier momento, por iniciativa propia o a petición de un supervisor competente».
Además, los asuntos de «mayor relevancia» se aprobará por mayoría cualificada, lo cual da «más peso» a España, que es la cuarta economía de la UE. Lo acordado incluye asimismo un acuerdo con los países de la Unión que no pertenecen al euro para «armonizar las decisiones».
«Este acuerdo es especialmente bueno para España porque tras el importante proceso de evaluación externa, que reforzó la credibilidad del sistema, ahora el BCE supervisará, lo que es una sólida garantía. La supervisión del BCE es un plus de calidad, un certificado de garantía para las entidades», ha afirmado el presidente, reconociendo no obstante que España habría «preferido que la supervisión única se aplicara al 100% de los bancos europeos» aunque lo pactado es «un avance muy importante para consolidar el sistema».
Algo que, a su juicio, conviene especialmente al sector financiero español por la «seguridad» que transmite la supervisión única, que debería redundar en un acceso más «fácil y en mejores condiciones» a los mercados financieros, lo que a su vez «aumentará la liquidez y reducirá el precio del dinero para financiar a pymes y autónomos».
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