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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el candidato republicano, Mitt Romney, han opuesto sus visiones sobre política exterior en un tercer y último debate electoral, que, al igual que los dos anteriores, ha estado marcado por la política economía del Gobierno.
Uno de los ‘puntos calientes’ del debate ha sido Irán y su controvertido programa nuclear. Obama ha negado que, tal y como ha publicado este fin de semana el diario estadounidense ‘The New York Times’, Estados Unidos e Irán hayan llegado a un acuerdo para negociar bilateralmente, dejando a un lado las conversaciones del Grupo 5+1. «Esas informaciones, no son ciertas», ha sentenciado.
Además, ha advertido de que no permitirá que las conversaciones entre Irán y el Grupo 5+1 –formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China) y Alemania– se prolonguen indefinidamente.
«El reloj sigue corriendo. No permitiremos que Irán alargue eternamente estas negociaciones, si vemos que no van a ninguna parte», ha aseverado, al tiempo que ha advertido: «Si (los iraníes) no cumplen las exigencias de la comunidad internacional, tomaremos medidas».
Romney, por su parte, ha lamentado que «ahora estemos cuatro años más cerca de que Irán consiga armas nucleares» y ha atribuido el avance del programa nuclear de la República Islámica a la falta de determinación de la Casa Blanca. «Uno de nuestros mayores problemas con Irán ha sido que ha mirado al Gobierno y ha visto debilidad, en lugar de encontrase con la fuerza estadounidense», ha dicho.
El candidato demócrata ha rechazado estas acusaciones. «Nada de lo que dice el gobernador es cierto», ha subrayado. «Francamente gobernador, da la impresión de que piensa que habría hecho lo mismo que nosotros, pero intenta decirlo más fuerte para que de alguna manera suene diferente», ha añadido.
Ambos candidatos han coincidido en que no permitirán que la República Islámica consiga armamento nuclear y que, en caso de que Israel sea atacado por su vecino persa, permanecerán al lado de su aliado. Si bien, Obama ha hecho hincapié en la condición: «Voy a estar con Israel, si es atacado», ha dicho, lo que descartaría su respaldo a un ataque preventivo del país hebreo.
GUERRA EN SIRIA
Sobre el conflicto sirio, que suma ya 19 meses, tanto Obama como Romney han descartado llevar a cabo una intervención militar, e incluso establecer una zona de exclusión aérea –huyendo del caso libio–, al tiempo que han abogado por exprimir la vía diplomática y apoyar a los grupos opositores.
«Nuestra prioridad es quitar a Al Assad», ha dicho el ex gobernador, proponiendo para ello armar a los rebeldes sirios y «hablar con los aliados de Estados Unidos en la región para que asuman una posición de liderazgo» en este asunto, acusando en este punto a Obama de dejar que el conflicto se prolongue.
«Lo que pasa en Siria es descorazonador y haremos lo que esté en nuestra mano para apoyar a la oposición», ha sostenido Obama, al tiempo que ha advertido de que «emplear medios militares en Siria es un gran riesgo». «No podemos poner armas en manos de personas que luego puedan usarlas contra nosotros», ha subrayado.
BIN LADEN
Otro de los puntos álgidos del debate electoral se ha vivido cuando el presidente ha recordado a Romney que en su momento «dijo que no era necesario mover cielo y tierra para perseguir (al difunto líder de Al Qaeda Usama) bin Laden».
El ex gobernador ha rechazado esta acusación y ha explicado que su única crítica a la política del Gobierno en el caso Bin Laden es que «debió contar con la autorización de Pakistán» antes de llevar a cabo la misión en la que murió el jefe de la organización terrorista. «No habríamos completado la misión», ha contestado Obama.
Interrogados sobre la estrategia estadounidense en la región con el fin de capturar a Bin Laden, ambos han defendido el programa de aviones no tripulados (‘drones’). «Apoyo su uso y creo que el presidente Obama estaba en lo correcto al pedir un aumento de nuestros ataques», ha indicado el candidato republicano.
Si bien, ha criticado que ello ha provocado tensiones con Pakistán, al que ha considerado un aliado estratégico. «No es el momento de divorciarnos de Pakistán», ha sostenido. El aspirante demócrata, en cambio, ha destacado la cooperación con Islamabad «para fomentar la democracia y acabar con la corrupción».
Los dos candidatos han coincidido en que mantendrán el calendario de retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, 2014, a pesar de las deterioradas relaciones bilaterales con Pakistán, clave en la estabilidad de su vecino.
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