El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha elogiado este miércoles las reformas que están llevando a cabo España, Italia y el resto de países en crisis de la eurozona y ha tachado de injustificadas sus elevadas primas de riesgo. Por ello, Van Rompuy les ha ofrecido ayuda a corto plazo y ha respaldado «plenamente» la intervención del Banco Central Europeo (BCE) para frenar la fragmentación de la eurozona.
Van Rompuy ha hecho estas declaraciones la víspera de la reunión del BCE en la que se espera que apruebe un nuevo programa de compra de deuda con vencimientos cortos, de hasta tres años. El presidente del Consejo Europeo se reunió este martes con la canciller alemana, Angela Merkel, y verá en los próximos días al primer ministro italiano, Mario Monti, y al griego, Antonis Samaras.
«España y Portugal han flexibilizado sus mercados laborales. Grecia ha liberalizado 150 profesiones que estaban cerradas. Italia adoptó un conjunto impresionante de reformas estructurales. En Irlanda, los costes laborales han bajado de forma sustancial y el país ha vuelto en parte a los mercados», ha resaltado Van Rompuy en un discurso ante los embajadores de la UE.
En su opinión, tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con quien se reunió en Madrid la semana pasada, como Monti y Samaras, «están determinados a dirigir a sus países hacia aguas más seguras».
No obstante, el presidente del Consejo Europeo ha avisado de que los ajustes son «difíciles» y «necesitan tiempo para dar resultados». «Las primas de riesgo para algunos países no siempre están justificadas por los fundamentos económicos, por decirlo suavemente», ha lamentado Van Rompuy.
«Además, los mercados financieros de la eurozona se están fragmentando cada vez más hasta el punto de que ello está haciendo muy difícil llevar a cabo una política monetaria única. Esto no es sostenible. En este contexto las reformas nacionales son necesarias, pero pueden no ser suficientes a corto plazo», ha indicado.
Por ello, Van Rompuy ha defendido la necesidad de adoptar «medidas a corto plazo» y prestar «asistencia adicional» en coordinación con el BCE. «Apoyo plenamente los esfuerzos del BCE», ha subrayado el presidente del Consejo Europeo, «para afrontar la fragmentación en los mercados financieros». El objetivo de esta actuación será mostrar que «el euro está aquí para quedarse».
En todo caso, Van Rompuy ha resaltado que no hay «soluciones fáciles» a la crisis de deuda y ha rechazado lo que ha calificado de recetas simplistas como «dejar salir a Grecia de la eurozona, inyectar dinero sin condiciones en el sistema o crear de forma mágica un Estado federal como Estados Unidos».
A su juicio, los líderes europeos tienen «voluntad política» para salir de la crisis y afrontar al mismo tiempo los problemas sistémicos que afectan a la eurozona. «Todos reconocen ahora que la crisis no es sólo la suma de los problemas de cada país sino también el resultado de las deficiencias en la arquitectura de la unión económica y monetaria», ha apuntado.
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