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La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha apostado por «el diálogo social, el diálogo permanente y el diálogo hasta el final» durante el debate de convalidación del Real Decreto de reforma laboral en el Congreso de los Diputados, un día antes de que los órganos directivos de CC.OO. y UGT se reúnan para valorar la posibilidad de convocar una huelga general.
Durante su primera intervención en el debate, al que acudió arropada por la vicepresidenta primera del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, Báñez reiteró en hasta tres ocasiones que la reforma laboral se ha gestado con la participación de los agentes sociales y no dejó pasar la oportunidad para dejar clara la constitucionalidad de la norma.
Según ha dicho, el Real Decreto «incorpora» las aportaciones de patronal y sindicatos a partir del acuerdo de moderación salarial y desarrollo de la negociación colectiva aprobado en el mes de enero.
«Esta reforma laboral potencia el diálogo permanente y la esencia del diálogo social, amplía las capacidades negociadoras de los agentes sociales y es respetuosa con el resto de ámbitos de negociación», aseguró. Prueba de todo ello, según Báñez, es que el Gobierno ha optado por tramitar la norma como proyecto de Ley «para hacerla más eficaz».
La ministra insistió en que el anterior Gobierno no afrontó la «más que necesaria» reforma del mercado laboral y «miró hacia otro lado, cruzando los dedos a la espera de que pasara la tormenta», mientras que el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha optado por ser «protagonista de sus cambios y dueño de sus futuro».
UNA REFORMA COMPLETA Y EQUILIBRADA
Por otro lado, tras dedicar una «mención especial» con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora a todas las mujeres en paro, la ministra de Empleo, defendió que «España no puede permitirse que cada vez que empresarios y trabajadores afrontan una crisis el principal mecanismo de ajuste sea la destrucción de empleo».
A la vista de los 5,3 millones de parados que engrosan las listas del desempleo, Báñez defendió que hay «sobradas razones para abordar esta reforma laboral», aunque reiteró que estos cambios debieron realizarse en la «fase expansiva» de la economía española.
Una vez más, Báñez defendió que la reforma es «completa y equilibrada» y aseguró que permitirá «frenar la sangría del desempleo en el corto plazo».
En este sentido, la ministra de Empleo esgrimió que la reforma «está pensada sólo para favorecer el intereses generales» y aporta más derechos a los trabajadores al tiempo que facilita la flexibilidad a los empresarios.
Otras de las virtudes de la reforma, según la ministra de Empleo, es la de dar «más estabilidad a la contratación indefinida», especialmente a jóvenes y colectivos con más difícil inclusión en el mercado laboral, a través del nuevo contrato de emprendedores y del límite al encadenamiento de contratos temporales.
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