Jun 242011
 

La ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, ha prometido que en caso de dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI) tomará medidas firmes sobre la crisis fiscal europea, al tiempo que contribuirá a aumentar el peso de las potencias emergentes dentro de la institución. Así lo ha manifestado en un encuentro con los 24 miembros ejecutivos del Fondo, que han evaluado su candidatura a la dirección.

Durante las tres horas que ha durado la entrevista, Lagarde ha negado que la designación de un europeo para dirigir el FMI pueda suponer un conflicto de intereses al abordar el problema de deuda de Europa. El director gerente ostenta «un exclusivo deber de lealtad» al FMI, ha argumentado.

«No dejaré de lado la franqueza y dureza necesarias en mis conversaciones con los líderes europeos», asegura en el comunicado divulgado más adelante por el órgano. Bajo su punto de vista «no hay espacio para la benevolencia cuando deben tomarse decisiones difíciles». A este respecto Lagarde ha querido subrayar «los ajustes difíciles pero necesarios» que deben hacer las autoridades griegas «para restablecer la sostenibilidad de las finanzas públicas y para reconstruir la competitividad del país».

Asimismo, ha adelantado que atendería las peticiones hechas desde varias economías emergentes para que el FMI atienda en mayor medida sus preocupaciones. «Creo que el Fondo debe ser más receptivo, desde luego más eficaz y más legítimo», dijo a la salida de la sede central del FMI, en Washington.

Antes de la cita, se había reunido con el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner. Su departamento informó más adelante de que Geithner ve en Lagarde «una candidata excepcionalmente talentosa». La semana pasada se refirió al otro candidato, el gobernador del Banco Central de México, Agustín Carstens, como «un candidato excepcionalmente capacitado».

Lagarde se erige como la candidata con más opciones de conseguir el cargo, por delante de Carstens. Este ya superó días atrás el análisis del FMI, de cara a conocerse una decisión final el 30 de junio.

Antes incluso de que comenzara oficialmente el proceso de selección, la ministra gala contaba con el respaldo de la mayoría de países europeos, que en total aglutinan una tercera parte de los votos. Después consiguió el compromiso de apoyo de varios socios africanos y de Indonesia, entre otros. A pesar de ello, muchos países no occidentales quieren acabar con la tradición de que un europeo gestione el FMI, mientras un estadounidense se haga cargo del Banco Mundial.

Por su parte, Carstens se ha ganado el beneplácito de más de una decena de países latinoamericanos. La magnitud de las economías nacionales es solo uno de los factores que determinan el porcentaje de representatividad de cada uno de los 187 miembros del FMI, informa ‘The Wall Street Journal’. Estados Unidos, con un 17 por ciento, es el país con más votos, y aún no ha expresado públicamente su apoyo a ninguno de los dos candidatos.

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