El presidente sirio, Bashar al Assad, ha aceptado la dimisión del Gobierno del primer ministro, Mohamed Naji Otri, pero le ha encargado que siga dirigiendo los asuntos del país, que registra las peores protestas antigubernamentales desde que llegó al poder en 2000, hasta que se forme un nuevo gabinete.
«El presidente Bashar al Assad aceptó este martes la renuncia del Gobierno presidido por Mohamed Naji Otri», reza el escueto comunicado de la agencia oficial SANA, precisando que el mandatario «ha encargado al Gobierno dimisionario que dirija los asuntos hasta que se forme el nuevo Ejecutivo».
El anuncio se produce mientras se espera que Al Assad hable a la nación, después de que ayer, el vicepresidente, Faruq al Shara, adelanta que haría anuncios importantes. Se baraja que el presidente levante el estado de emergencia, en vigor desde 1963. En todo caso, en Siria el Gobierno carece de mucha autoridad, ya que el poder lo detenta básicamente Al Assad, su familia y el aparato de seguridad.
Entretanto decenas de miles de sirios están participando este martes en concentraciones a favor del Gobierno. La televisión estatal siria ha mostrado a personas manifestándose en Damasco, Alepo y Hasaka, enarbolando imágenes de Al Assad y gritando «Dios, Siria, Bashar».
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