La selección inglesa ha sufrido un nuevo tropiezo en su visita a Suecia (4-2) en un partido en el que, por encima de todo, sobresalió la actuación estelar de Zlatan Ibrahimovic que, con sus cuatro goles (el último antológico), logró arruinar la celebración de los 100 partidos de Steven Gerrard con los ‘Pross’, mientras que Portugal y Rusia no pasaron del empate ante Gabón (2-2) y Estados Unidos (2-2), respectivamente.
Inglaterra viajó a Suecia sin muchos de sus hombres habituales para inaugurar el Friends Arena, el nuevo estadio de la selección nórdica. Pero lejos de tomárselo como un duelo amistoso, el conjunto local vivió una fiesta con su afición. Los de Roy Hodgson necesitaban un triunfo que hiciera olvidar el último tropiezo ante Polonia en la fase de clasificación para el Mundial de 2014.
Suecia, que salió con todos sus efectivos, buscó vengarse de la derrota que sufrió en la Eurocopa frente a Inglaterra aprovechando las buenas sensaciones que les dejó la espectacular remontada ante Alemania. A pesar de que los ingleses saltaron al césped con más ganas, el encuentro se fue equilibrando y fue la selección sueca la primera en golpear.
En el minuto 20, Ibrahimovic aprovechó un centro desde la derecha para fusilar ante Hart. Con el marcador en contra, Inglaterra se puso manos a la obra para conseguir un empate que llegó en el minuto 36. Ashley Young, tras una gran internada por la izquierda, centra para que Welbeck la empuje directamente a la red. Cuando Suecia aún no se había repuesto del tanto del empate, Gerrard botó una falta y el balón le cayó a Caulker, que celebró su debut con la absoluta firmando el tanto de la remontada.
Ya en el segundo acto, Gerrard pudo incrementar la ventaja en una de las escasas ocasiones de las que dispuso Inglaterra, pero Ibrahimovic volvió a erigirse como el héroe de su equipo al anotar los dos tantos de la remontada y el golazo de la jornada.
En el primero, controló bien con el pecho al recibir un centro de Svensson y no se lo pensó dos veces para batir a Hart; en el segundo, aprovechó un error de Hart para anotar con un disparo raso de falta y, en el que cerró la goleada, provocó el delirio en las gradas al enganchar un balón en el aire de chilena y desde la banda para batir de nuevo la portería rival.