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El líder en solitario de la Liga BBVA se sirvió del doblete de Messi, que superó el récord de Gerd Müller, para salir victorioso de su visita al Betis (1-2), este domingo en el Benito Villamarín, y seguir así ampliando el mejor arranque liguero de la historia, lo que significó frustrar las intenciones verdiblancas de finalizar la decimoquinta jornada en puestos de Liga de Campeones.
El eufórico ambiente que inundó el Benito Villamarín instantes antes de que Velasco Carballo indicara el comienzo del encuentro, sirvió de antítesis al calmado planteamiento inicial de los de Pepe Mel. Los verdiblancos aguardaron en campo propio, sin caer en la tentación de correr a ciegas para ser objeto de los blaugranas. Por su parte, el Barcelona, imprimió un particular ritmo parsimonioso intentando encontrar una grieta en el inquebrantable sistema de ayudas organizado por los locales.
No fue fácil para los de Tito Vilanova encontrar un pasillo que condujera a la meta de Adrián. Lo aprovechó el Betis, que de la mano de Campbell y Salva Sevilla gozó de la primera ocasión, a cabezazo de este último. Las cosas parecían ponérsele de cara a Beñat y compañía. Fàbregas tuvo que ser sustituido al solicitar el cambio; entró Alexis. La ausencia del centrocampista quebró el planteamiento inicial del líder, aunque no por demasiado tiempo.
Lionel Messi continúa empeñado en demostrar que no conoce límites. Él prefiere diseñarlos, dejar una herencia difícilmente superable. Así, igualó el récord anotador de Gerd Müller de 85 goles en un año. Arrancó desde el centro hacia su izquierda, alejándose de la portería, para después cruzar el balón al ángulo derecho, donde no llega el guardameta. Un duro ‘hook’ que vino a evidenciar la falta intensidad de los sevillanos ante un Barcelona que no concibe vivir sin el balón en los pies.
Aquella primera ocasión de Salva Sevilla se convirtió en la única, y el parsimonioso ritmo culé en busca del espacio ya no era necesario. La presión del Betis no adelantó metros, y perdió orden. Cobraron ritmo las transiciones del Barcelona en tres cuartos, con espacios. Así, en una jugada individual, Adriano rebasó a dos rivales y se la dio a Messi, con espacio por delante. El argentino eligió al mejor socio, Iniesta. Con un lenguaje sin palabras, solo a la altura de los grandes genios, ambos combinaron para que el Messi subiera un peldaño el récord que acababa de igualar.
Los andaluces dejaron de ver lejano el vapuleo en el derbi andaluz frente al Sevilla. Tiraban diagonales sin destinatario, mientras Pedro probaba desde lejos a Adrián. Sin embargo, de una conexión aislada nació la esperanza bética. Vadillo dejó en un cara a cara a Rubén Castro para que el canario anotara su noveno tanto de la campaña.
LA SEGUNDA MITAD COLMA LAS EXPECTATIVAS DEL ENCUENTRO
El gol espoleó a los jugadores de Pepe Mel. Decidieron enfrascar al Barcelona adelantando varios metros cuando tenían el balón. Les sirvió para tener un carrusel de ocasiones al inicio del segundo periodo. Se encontraron con el palo, pero el ritmo fue decayendo. El partido rebobinó como una ‘cassette’ atascado. Regresaba al momento en el que los catalanes dominaban el esférico para volver a regalar un Betis aguerrido.
Así, Pedro probó de nuevo en disparo lejano antes de que el balón besara el poste de la portería de Víctor Valdés. El empuje del Benito Villamarín terminó de desatar el partido. Puzuelo se encontró con la madera. También lo hicieron Messi, y Jordi Alba, en la misma jugada. Se sucedieron las jugadas a un ritmo altísimo, pero el guión ya estaba escrito. El Barcelona volvió a vencer en el Benito Villamarín después de siete años.
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