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El Celtic FC se ha impuesto en un imponente Celtic Park al FC Barcelona (2-1) y ha evitado así la clasificación matemática de los blaugranas para los octavos de final, amén de conseguir enteros para su pase, gracias a una total efectividad y a sacarle todo el jugo posible a la táctica que utilizaron en el Camp Nou la pasada jornada, donde ya estuvieron a punto de dar la sorpresa.
El Barça nunca estuvo cómodo en la caldera, discoteca a ratos, en que se convirtió Celtic Park y encajó su primera derrota en este histórico estadio tras 21 visitas en ‘Champions’ obteniendo la victoria. Esta noche, en la que buscaban la clasificación e incluso el liderato, y el mejor arranque en Liga de Campeones, sólo encontró Messi su objetivo de marcar un gol para dedicar a su recién nacido hijo Thiago.
Pero el argentino no tuvo plena felicidad, pues se debe a un equipo que tras su gol en el ’91 luchó los tres siguientes para conseguir la machada y completar la remontada, aunque no encontraron el camino al gol ante una muralla en la que el delantero griego Samaras se incorporó como segundo lateral a la defensa. El partido acabó siendo de frontón, pero sin suerte para un aciago Barça.
Y es que como el juego tildado de «anti fútbol» casi les funcionó en el Camp Nou, el equipo de Neil Lennon saltó al imponente Celtic Park con un dibujo menos defensivo pero con la misma idea; impedir el juego rápido del Barça y obligarles a abrirse mucho para no asociarse por el centro, con el objetivo de robar así algún balón y salir a la contra.
Esta vez no tuvieron tantas acciones de ataque, pese al empuje constante de los ‘celts’, pero se encontraron con el gol a balón parado, otro de sus puntos fuertes, y en una contra cuando el Barça ya estaba lanzado al ataque con tres cuartos de partidos disputados. Los blaugrana estaban avisados, pero Alba no pudo hacer nada para impedir un fuerte remate de cabeza de Wanyama ni para frenar la velocidad del joven Watt en el postrero tanto. Con los goles, los escoceses se encerraron más todavía y se encomendaron al acierto defensivo.
Les funcionó ya que tuvieron la suerte de su lado. Tanto Messi como Alexis Sánchez se toparon con los palos de la portería defendida por el inglés Forster, que hoy parecía menos enchufado que en el anterior partido en el Camp Nou, donde evitó que los suyos cayeran antes. El Barça no jugó mal, pero le faltó un poco más de pegada y velocidad para contrarrestar el muro defensivo local.
El Celtic, cómodo metido atrás como en el Camp Nou y empujado por el ensordecedor ambiente del Celtic Park, que recibió a ambos equipos con el típico ‘You’ll never walk alone’ a capela y un mosaico en honor del 125 aniversario del club escocés, para continuar con el ‘I just can’t get enough’ para animar a los suyos en todo momento, consiguió irse al descanso arriba sin haber hecho prácticamente nada en ataque.
Ya al final, con el Barça volcado arriba y el Celtic regalando balones a la zaga blaugrana, Xavi e Iniesta intentaron tomar las riendas del partido pero sin éxito. Vilanova, que hasta ahora había estado acertado con los cambios, vio como Villa, Piqué y Fàbregas no pudieron ser ningún revulsivo esta noche. Además, el segundo gol llegó por una pérdida de Xavi en el centro del campo, algo que pocas veces se ve y que por ello fue un castigo excesivo para el de Terrassa. Ahora, el Barça se jugará el pase a octavos en Moscú ante el Spartak.
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