Dic 012011
 

El campeón olímpico estadounidense Michael Phelps está convencido de que los récords del mundo no serán tan numerosos como en 2009 cuando los ‘bañadores mágicos’ de poliuretano permitieron un aluvión de plusmarcas en los Mundiales de Roma, pero cree que en su deporte hay un gran margen de mejora.

Phelps se opuso a dichos trajes de baño, negándose a usarlos porque creía que daban mayor flotabilidad, pero ahora está dispuesto a promover un nuevo traje de vanguardia.

Más de 40 récords mundiales se batieron durante ese Mundial, generando una ola de protestas, y Phelps, quien confesó que pensó en retirarse, fue reivindicado cuando la Federación Internacional de Natación (FINA) decidió prohibirlos y poner un límite a la tecnología.

Sin embargo, a menos de ocho meses del inicio de los Juegos de Londres, el nadador estadounidense se unirá el miércoles a sus compatriotas Ryan Lochte y Natalie Coughlin para presentar el traje último modelo que usarán en la capital inglesa.

El fabricante Speedo dice que la indumentaria es revolucionaria e innovadora y que producirá nuevas plusmarcas mundiales en los Juegos. Para la mayoría de los nadadores, la controversia sobre los trajes no es más que una tormenta en un vaso de agua con una base comercial.

Los récords mundiales nunca duran demasiado en la natación y Phelps cree que todas las plusmarcas logradas con los trajes ahora ilegales también serán mejoradas.

«Los récords están hechos para ser batidos, no tengo dudas de eso», declaró Phelps a ‘Reuters’ en una entrevista exclusiva en el anuncio de su contratación como la imagen global de un champú anti-caspa.

«Si la gente quiere trabajar para hacerlo, lo hará. Aún hay gente que tiene el deseo de ser lo mejor que puede y lo va a lograr. Puede hacerse», aseguró.

Michael Phelps actualmente ostenta las plusmarcas mundiales de tres eventos individuales: 100 y 200 metros mariposa y 400 metros estilo combinado.

El ganador de 14 oros olímpicos también era dueño del récord en los 200 estilo libre y los 200 estilos, pero los perdió en Roma 2009. Allí fue superado por el alemán Paul Biedermann y por Lochte, respectivamente. Lochte incluso bajó un poco más su tiempo en el Mundial de este año en Shanghai, demostrado que las marcas de Roma pueden mejorarse.

«La gente tiene que sacarse de la cabeza que estos récords son intocables. Todo es posible, eso es algo que aprendí en mi carrera. No hay límites», remarcó Phelps a Reuters.

«Si uno tiene esa mentalidad, si piensa que puede hacerlo, entonces lo hace. Ojalá que puedan ver muchos récords mundiales nuevos el año que viene, yo creo que sí», añadió.

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