El Regal FC Barcelona revalida su cetro de campeón de la Copa del Rey al vencer a su víctima favorita, el Real Madrid, por 60-68, rompiendo una racha de 23 años en las que un mismo equipo no ganaba de forma consecutiva el título y prolongando la sequía madridista en esta competición a 18 años.
Una final, que estuvo presidida por el Rey don Juan Carlos, donde los de Ettore Messina sí pudieron competir, lo que les pedía el italiano, pero tan sólo en la primera mitad, ya que los de Xavi Pascual mostraron su potencial tras el descanso para doblegar a los madridistas y emular al Barça de Aíto García Reneses, que logró los títulos de forma consecutiva en 1987 y 1988.
El Real Madrid enmendó sus errores de esta Copa del Rey y salió concentrado para no fallar en el primer cuarto, asignatura pendiente en los últimos envites y obligados a conseguirlo para no sufrir el letal rodillo blaugrana, que tenía a Alan Anderson (11 puntos en el primer cuarto) como principal artillero en los primeros compases.
Sobre la pista las dos mejores defensas del campeonato, aunque el peor parado era un Pablo Prigioni, obligado a frenar a Juan Carlos Navarro, líder natural blaugrana, al que dejó inédito en la primera parte y con valoración negativa (-4). Igualados e intensos eran los primeros minutos, nada que ver a los últimos clásicos entre ambos y que daba emoción a esta final copera.
Dos modelos diferentes sobre la cancha: la juventud y el hambre de triunfos de los blancos contra la veteranía ya consagrada blaugrana. Carlos Suárez y Ante Tomic, bajo los aros, representaban a la perfección este modelo blanco, manteniendo a los suyos en el segundo cuarto, mientras que los culés, con una mala selección de tiro y varias pérdidas, se veían sorprendidos por ver a un Madrid, que por fin competía en un duelo ante ellos, dejando todo por decidir tras la reanudación (30-30).
CARBURA LA MAQUINARIA BLAUGRANA
Tras un primera parte donde las defensas se imponían sobre los ataques, la ‘Bomba’ despertó para liderar la reacción culé junto a Erazem Lorbek desde la línea del triple, unido a una fuerte defensa, cortando las líneas de pase, que les permitía abrir una pequeña brecha (37-44), obligando a Messina a parar el encuentro.
Sergio Rodríguez, con cuatro puntos consecutivos, volvía a asumir la responsabilidad en los instantes finales del tercer cuarto para evitar que los blaugrana, que perdían momentáneamente a Rubio por un esguince en el tobillo, se distanciaran en el marcador para encarar con opciones el último y definitivo asalto (43-48).
Messina y Plaza ya no escondían sus armas y plantaban su arsenal sobre la cancha en busca del título copero. El vigente campeón no quería ceder su cetro a su eterno rival y empleó sus cualidades para allanar su camino con los triples de Anderson y Morris (47-60) y el poderío intimidador de Ndong, mientras que los madridistas apelaban a la garra y al coraje para intentar acercarse en el luminoso (54-64).
Sin embargo, la maquinaria ya estaba engrasada para sentenciar el triunfo con un Alan Anderson, que se vistió de Navarro para liderar a los suyos y arrebatarle un ‘MVP’ al catalán al que se le sigue resistiendo en estos años aunque se convierte en el jugador más laureado con cinco entorchados coperos.
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