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El FC Barcelona ha ganado este miércoles al RCD Espanyol en el Power8 Stadium (0-2) y ha sellado el pase a los cuartos de final de la Copa del Rey al sumar este triunfo al que ya logró en la ida del Camp Nou (4-1), en un partido insulso con pocas ocasiones y en el que por lo menos se rebajó la agresividad del último derbi, pues hubo más polémica en las pancartas de la grada que no en el terreno de juego.
Los blanquiazules necesitaban mínimo tres goles para intentar la remontada y no encajar ninguno, pero no salieron en tromba ni buscando un gol rápido que les metieron en la eliminatoria. De hecho, las mejores ocasiones del Espanyol llegaron ya con el 0-1 en el marcador, obra de Munir El Haddadi, y con todo decidido.
No fue un partido duro, no hubo agresividad más allá de alguna acción puntual en la que el tono de dureza subió un poco. Pero, comparado con el derbi de la ida, no fue nada. Y el duelo lo decidió Munir El Haddadi, con un doblete que hace que se convierta con 4 goles en el máximo goleador blaugrana en la competición copera. Eso sí, no ha marcado en otra competición.
Hicieron bien ambos técnicos y presidentes en rebajar la tensión antes de este tercer derbi en once partidos. Funcionó, pues en el terreno de juego, si no se viniera de donde se venía, nadie destacaría para nada la violencia o la agresividad. Hubo un pisotón de Alves, alguna entrada dura del Espanyol, pero lo que más se criticará serán las pancartas y cánticos de una zona de la grada de Cornellà, que puso la polémica.
El resumen futbolístico del partido se hace rápido. Más ocasiones del Barça que del Espanyol, que las que tuvo fueron obra de Caicedo y las resolvió con acierto Ter Stegen. Nunca dio la sensación el equipo ‘perico’ de poder ganar y, además, ya son cinco los derbis contra el Barça en los que el Espanyol se queda sin marcar en casa, ante su afición. Y Munir, aprovechando la ocasión, en dos acciones de la primera y segunda parte, ya al final del partido, se fue más contento que nadie.
Aprovechó una genial asistencia de Leo Messi, que hizo de mediapunta en el 4-2-3-1 que dibujó Luis Enrique para este partido, para correr al espacio y regatear bien al portero Bardi y superar por alto a un Ciani que se tiró para intentar impedir el gol. Bonito gol, más trabajado que no el segundo, cuando en posición dudosa introdujo el balón a puerta vacía sin oposición.
Tuvo alguna ocasión más el Barça, para dar más holgura al triunfo, pero Bardi estuvo bien. Sin entrar en polémicas con nadie, todo lo contrario que Pau López en la ida –su pisotón a Messi fue recordado en una desacertada pancarta; ‘Pau, tu pie nos marca el camino’–, estuvo seguro excepto en los goles y evitó más tanto, sobre todo en un disparo de volea durísimo de Messi y otro disparo del ’10’ de rosca que le obligó a estirarse.
Pero también Ter Stegen tuvo su trabajo, focalizado en Felipe Caicedo. De hecho, su particular ‘pique’ empezó cuando Caicedo propinó un golpe al alemán cuando el portero ya había despejado un balón. Golpe duro con su brazo a un Ter Stegen que quedó en el suelo pero pudo continuar. A partir de ahí, dos o tres buenas ocasiones para el ecuatoriano que quedaron en nada por la providencia del guardameta, sacando manos claves.
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