El Real Madrid consiguió la victoria en su visita al Lokomotiv Kuban (74-78) en partido correspondiente a la sexta jornada del ‘Top-16’ de la Euroliga, en un choque en el que se sobrepuso a un mal inicio y que decidió al final Sergio Rodríguez, el mejor de los suyos en el Basket Hall de Krasnodar con 16 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias.
Con este triunfo el Real Madrid se coloca con cinco victorias y una derrota y seguirá en los puestos altos del grupo F, de los que además aleja a su rival de este jueves, al que le sacaba tan solo una victoria. Además, el Madrid se vengó de Rusia –en Moscú perdió su único partido esta temporada– y consiguió que no le afectase la euforia tras la victoria en la Copa del Rey de Málaga.
Aunque es cierto que al conjunto de Pablo Laso le costó mucho arrancar en el juego. En este tipo de partidos, posteriores a una final como la del pasado domingo, entra dentro del guión habitual que la concentración no sea la idónea, al menos de salida. A pesar de su temporada cercana a la perfección, el Real Madrid cayó en esa relajación, y encajó un parcial de salida de 16-3.
De ese mal inicio de partido para los blancos tuvieron mucha culpa el lituano Mantas Kalnietis y el croata Krunoslav Simon (29 puntos y seis triples entre los dos). La pareja exterior de los rusos sostuvo el mal día del equipo de Krasnodar –6/26 en triples– en el tiro exterior. Algo que no es habitual, ya que el equipo de Evgeny Pashutin es el tercero mejor en porcentaje desde la larga distancia en el ‘Top-16’.
El acierto de Kalnietis y Simon, la buena defensa rusa y la pesadez que mostraba el Real Madrid hicieron que Laso metiera a Sergio Rodríguez al campo un poco antes de lo habitual. El canario ingresó a pista a dos minutos del final del primer cuarto. A su entrada, los rusos mandaban por nueve (20-11) y con él en pista, hasta el descanso, el parcial fue de 16-29. Fue la primera pincelada de la enésima exhibición del ‘Chacho’. Un ‘show’ que, en números se resume en 16 puntos (con dos triples), seis rebotes, tres asistencias y 26 de valoración.
Esta vez Sergio no actuó solo. Se le unió durante la remontada en el segundo cuarto el tunecino Salah Mejri. El gigante de 2,17 entró también antes de lo habitual ante el mal inicio de Ioannis Bouroussis –luego el griego sería decisivo–, y ayudó a cambiar el partido. Con Mejri en pista el Madrid recuperó el dominio del rebote y ganó mucho en defensa, gracias a los tres tapones del africano y a la intimidación que produjo en las acciones de los interiores y en las penetraciones de los exteriores.
EL MADRID VUELVE A DEMOSTRAR OFICIO
Una vez el Madrid se puso arriba, el equipo de Pablo Laso amagó con romper el choque (43-51, 60-71) gracias, en parte, a los buenos momentos de Llull. El de Mahon sigue con confianza tras anotar la canasta decisiva en Málaga y acabó con 15 puntos y cuatro asistencias. Una de ellas decisiva, dentro del último minuto y con empate en el marcador, para Nikola Mirotic.
En esos momentos de apuro de los rusos apareció en escena Derrick Brown. El duelo entre el estadounidense y Mirotic era uno de los grandes alicientes y no defraudó. El americano se echó a la espalda al equipo y acabó con 21 puntos y cinco rebotes; el montenegrino sumó en la sombra (12 puntos y 9 rebotes) pero apareció en los momentos claves.
Con todas las cartas sobre la mesa, el partido llegó igualado al final. Los dos últimos triples de Kalnietis en el choque y algunos errores del Madrid provocaron que todo se decidiese en el último minuto. Y entonces apareció, por enésima vez, el gen ganador del equipo blanco. La enésima prueba de que este Real Madrid no solo es brillante sino que también sabe el oficio de ganar. Y que, además, lo consigue de manera coral.
En esos últimos sesenta segundos, con 74-74, Llull se sacó una gran asistencia para Mirotic que el montenegrino convirtió en el 74-76. En la siguiente jugada, Bourousis, que había recuperado el tono tras el descanso –finalizó con nueve puntos y cinco rebotes-, taponó el intento de empatar el choque de Brown. Y el punto y final lo puso el Chacho, como no podía ser de otra manera, con su último truco del día: una entrada a canasta que acabó con el partido y le dio al Madrid la quinta victoria en el ‘Top-16’ de la Euroliga.
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