La selección española de fútbol playa se quedó a las puertas de proclamarse campeona del mundo por primera vez en su historia después de perder la final del Mundial de Tahití contra Rusia por 5-1, en un partido en el que el combinado del este de Europa fue superior al español.
La selección rusa reedita así el éxito conseguido en el año 2011 en Ravena (Italia) y se coloca con dos títulos mundiales, dos menos que los cuatro que tiene Brasil. Para España, este subcampeonato supone el mejor resultado en la historia del torneo, ya que el equipo nacional contaba con el cuarto puesto obtenido en Marsella, en el año 2008, como su techo hasta el momento.
La clave del partido estuvo en el segundo período. Tras un primer parcial igualado, que finalizó con cero a cero, en los segundos doce minutos la final pegó un vuelco. En apenas cinco minutos (desde el 12 hasta el 17) los rusos se pusieron 0-3 en el marcador gracias a los goles de Shkarin, Romanov y Krasheninnikov.
Tras ese parcial, la selección entrenada por Joaquín Alonso reaccionó ligeramente con el 1-3, obra de Llorenç e incluso tuvo alguna opción para el 2-3. Pero el cuadro ruso acabó con las aspiraciones españolas con otros dos tantos en el tercer y definitivo parcial. De nuevo Krasheninnikov, que cerró así su doblete, y Shishin, fueron los autores de los goles.
A pesar de la derrota, el seleccionador español, Joaquín Alonso, aseguró a la página web de la FIFA que el balance del Mundial es «muy positivo» y que la clave del título de Rusia es que los rusos «son profesionales de esto».
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