Jul 082013
 

El tenista británico y número dos del mundo, Andy Murray, se ha coronado por primera vez como campeón de Wimbledon, tercer ‘grande’ de la temporada que se disputa sobre la hierba de Londres, tras derrotar a la mejor raqueta del circuito, el serbio Novak Djokovic, en tres sets (6-4, 7-5, 6-4), dejando el título en casa después de que Fred Perry lo hiciera por última vez en 1936.

Con esta nueva corona, el británico suma el segundo ‘Grand Slam’ de su carrera tras el US Open conquistado en 2012, y besa por segunda vez el césped del All England Club al volver a ganar en la misma Pista Central en donde se alzara con el oro en los Juegos Olímpicos de Londres hace poco más de un año.

En la final de un descafeinado Wimbledon después de que tanto Roger Federer como Rafa Nadal cayeran en las primeras rondas, saltaba Murray a la hierba con el objetivo de dejar en casa el ‘Grand Slam’ de Londres, después de que Fred Perry lo hiciera hace 77 años. Con el número uno enfrente, comenzó la dura batalla por el título.

No empezaron bien las cosas para Djokovic, que se encontró de primeras un triple ‘break point’ en contra servido en bandeja al escocés con tres errores no forzados. Sin embargo, apoyándose en su saque, ‘Nole’ comenzaba por delante la final al salvar la rotura, algo que no pudo hacer en el tercer juego de partido cuando Murray esta vez sí rompía su servicio (1-2).

En un duelo atípico de Wimbledon, con peloteos largos y pocas subidas a la red, los nervios y la igualdad entre ambos tenistas se vieron reflejados cuando, en el momento que el británico debía confirmar el ‘break’, Djokovic le devolvía la rotura y además daba la vuelta al marcador para confirmarla en un quinto juego que se llevó en blanco (3-2).

Sin embargo, la remontada del serbio fue un espejismo y, aprovechando la falta de acierto de su rival al saque, de nuevo Murray rompía el saque de un incómodo Djokovic (3-4), a quien esta vez no le dio tiempo a recuperar el ‘break’. Con los deberes hechos en este set, el inglés de ponía por delante en el partido y llevaba la alegría a las gradas de Wimbledon.

Ya en la segunda manga, y a pesar de que Djokovic se tocara dolorido la muñeca izquierda en el pequeño descanso, comenzó bien el set el serbio cuando en el quinto juego el luminoso marcaba un 4-1 a su favor, haciendo buenas sus subidas a la red. Pero cuando ‘Nole’ parecía haberle recuperado el pulso a la gran final, Murray volvía a conseguir un nuevo ‘break’ a favor y encarrilaba tres juegos seguidos (4-4).

DJOKOVIC FUE POCO RIVAL PARA EL ESCOCÉS
Así, se llegaba al undécimo clave intercambio con el número uno al servicio. Con aparentes síntomas de desconcentración, en un partido en donde nunca se llegó a ver al serbio del todo cómodo, Djokovic volvía a ceder su set y el británico no dejaba escapar la oportunidad de adjudicarse la segunda manga, poniendo la directa hacia el título casi sin quererlo.

Pero si algo le suele pasar a los campeones es que resurgen cuando las opciones se reducen y cuando menos se les espera. Dos sets abajo y sufriendo un nuevo revés con un otro ‘break’ en contra en el primer juego del tercero, Djokovic recuperaba para la ocasión el juego que le atesora como número uno del mundo.

Aprovechando también el miedo escénico de alguien que roza con la punta de los dedos el sueño del título, el serbio volvía a repetir la tónica del segundo set y rompía hasta dos veces el saque de Murray (4-2). Sin embargo, y para no saltarse el guión de esta final, de nuevo Djokovic dejaba escapar sus opciones en el partido.

Tras volver a darle la vuelta al marcador con tres juegos consecutivos (4-5), Murray tomaba la raqueta para servir rumbo a la corona de Wimbledon. En uno de los duelos más disputados de toda la final, a la cuarta bola de partido el ídolo local se alzaba finalmente con el triunfo, volviendo a dejar el título en casa más de medio siglo después.

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