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El Chelsea se ha proclamado campeón de la Europa League tras imponerse (1-2) en el último suspiro al Benfica, con un gol en el tercer minuto del tiempo añadido de Ivanovic que le daba al conjunto inglés su primera UEFA Europa League de la historia, en una final en la que también marcó Fernando Torres.
Ambos conjuntos habían llegado a la competición después de caer en la Liga de Campeones. El Chelsea disputaba su segunda final europea consecutiva, la tercera en las últimas seis temporadas, demostrando su poderío desde el comienzo del nuevo siglo. El Benfica, un histórico venido a menos, estaba ante la oportunidad de recuperar su estatus en el panorama continental.
La final tenía claro sabor español, contando el conjunto inglés con Benítez en el banquillo y Mata, Torres y Azpilicueta en el campo, mientras que en el Benfica estaba el delantero Rodrigo. El único enfrentamiento entre ellos fue en los cuartos de final de la Liga de Campeones del pasado año, que terminó ganando el Chelsea, por lo que podía servir para que los portugueses se tomasen la venganza, pero la suerte les fue esquiva.
El comienzo fue fulgurante del Benfica, con ataques constantes que le permitieron plantarse en tres ocasiones en el área de Cech en los primeros diez minutos. Cardozo de cabeza, Salvio estrellando el balón en David Luiz y Gaitán, que disparó alto, perdonaron en el arranque del partido.
Pero el acoso de los portugueses no terminó ahí. En el minuto 15, una falta ensayada terminó con un balón muerto en el área, a bocajarro, que nadie acertó a rematar. Sin embargo, a partir de ahí, el partido cayó en intensidad, pero ni así logró el Chelsea ‘enchufarse’ a un partido en el que se veía constantemente superado.
En cambio, a falta de diez minutos para el descanso pudo encontrar un poco merecido premio el conjunto de Rafa Benítez. Lampard sacó un disparo desde la frontal que casi engaña a Artur con un extraño efecto en el aire, pero salvó milagrosamente el meta portugués. Cardozo perdonó de nuevo de cabeza justo antes del pitido del colegiado, dejando escaparse vivo a un Chelsea al que tuvieron contra las cuerdas.
TRAS EL DESCANSO LLEGARON LOS GOLES
Tras el paso por los vestuarios, continuó el conjunto de Jorge Jesús proponiendo fútbol, ante un impotente Chelsea. Pero, según indica una de las máximas del fútbol, el que perdona, la paga. Y así apareció Fernando Torres para culminar una contra que empezó en un saque de puerta con la mano de Cech. El delantero español luchó en carrera con Luisao, regateó a Artur y marcó a portería vacía.
Pero la alegría fue efímera para el conjunto londinense. Sólo ocho minutos después el árbitro señaló los once metros tras una mano de Azpilicueta y Cardozo, con un zurdazo centrado, puso de nuevo las tablas en el marcador a falta de 22 minutos para el final. El Benfica encontraba tarde el premio, cuando su técnico ya había realizado dos cambios ofensivos al verse por detrás.
Las cosas se le complicaron al equipo lisboeta con la lesión de Garay a los 78 minutos, teniendo que agotar los tres cambios con empate en el marcador y la prórroga en el horizonte. Quizá eso fue lo que les animó a intentar sentenciar con un disparo de Cardozo que salvó Cech cerca de la escuadra y un remate posterior en el córner muy desviado.
Al borde del final llegó la locura, con un intercambio de golpes que finalmente otorgó un campeón. Lampard estrelló un balón en el larguero con un disparo lejano, pero la guinda llegó en el añadido con un cabezazo potente de Ivanovic en un córner. Hubo tiempo para que Cardozo empatase, pero Cahill salvó en última instancia. El destino era cruel con un valiente Benfica y el Chelsea alzaba su segundo título europeo, tras la ‘Champions’, en dos años.
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