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El Celta de Vigo ha superado los dieciseisavos de final de la Copa del Rey de forma épica, venciendo (3-0) al Almería en la prórroga, para citarse con el Real Madrid en octavos, mientras que el Zaragoza sufrió en el Nuevo Los Cármenes para sentenciar su eliminatoria frente al Granada –la cual superó gracias al valor doble de los goles a domicilio– y se verá las caras con el Levante en la siguiente ronda.
Los de Paco Herrera, casi los mismos que ganaron el lunes en Zaragoza, mostraron más ambición y calidad para terminar remontando el 0-2 encajado en Almería. El Celta necesitó de la prórroga tras lograr el 2-2 en el último segundo de los 90 minutos, pero el premio, que es doble puesto que recibirán a los de José Mourinho, terminó llegando. Por su parte, el Zaragoza se medirá al Levante en octavos, después de superar con sustos al Granada de Anquela.
El conjunto gallego salió con buena predisposición bajo el diluvio de Balaídos para encontrar la portería rival, aunque el Almería, cómodo con su ventaja en la ida, apenas se inquietó en la primera mitad. La primera ocasión sin embargo fue de los andaluces, con un centro de Abel desde la banda izquierda que no acertó a rematar con éxito Marcelo Silva en el segundo palo.
Aún así, el Celta respondió pronto con otra llegada convirtiendo el partido en un bonito ida y vuelta. El Almería buscaba los balones a la espalda de la defensa local, mientras los de Vigo combinaban hasta encontrarse en las cercanías de la portería almeriense. Augusto Fernández la tuvo para los de Herrera en el minuto 20 y ya al borde del descanso, un gran centro de Krohn Dehli no encontró rematador en el área milagrosamente, y fue despejado con éxito por Diego García bajo palos.
En la reanudación, los locales se fueron definitivamente a por el gol, sin nada que perder. En los primeros diez minutos se sucedieron las llegadas del Celta hasta que el coreano Park vio la red rival culminado de cabeza una gran jugada (1-0). El Almería trató de reaccionar y Ulloa, de espuela, tuvo la sentencia de la eliminatoria apenas unos minutos después, pero, a partir de ahí, el Celta se volcó al ataque.
El guardameta Diego García se convirtió en la pesadilla celtiña. La tuvo Hugo Mallo, aunque tuvo respuesta del Almería; la tuvo Augusto y Joan Tomás, pero el meta visitante se mostraba intratable. Pese al buen hacer del portero, la insistencia de los locales encontró su premio con el tanto de Roberto Lago en el último instante, forzando así la prórroga con un 2-2 en el global.
Sin embargo, el tiempo extra resultó casi un castigo para ambos equipos, fatigados por unos intensos 90 minutos bajo la incesante lluvia de Balaídos. La primera parte pasó sin pena ni gloria y, en la segunda, los locales entregaron el fútbol que les quedaba. Finalmente, De Lucas se hizo con el papel de héroe convirtiendo un gran pase en profundidad de Túñez para poner el 3-0 y lograr el pase a octavos a lo grande.
EL ZARAGOZA SUFRE PARA CITARSE CON EL LEVANTE EN OCTAVOS
Mientras, en el Nuevo Los Cármenes, el Zaragoza sufrió para sellar su pase a los octavos de final. Los de Jiménez pecaron de conformistas y el Granada terminó por venirse arriba para incluso rozar la remontada a la eliminatoria, que venía con un 1-0 de La Romareda.
Los maños se mostraron tranquilos atrás y, junto a unos primeros minutos accidentados por choques y balonazos involuntarios, el partido tuvo poco fútbol en la primera mitad. La iniciativa pues era para los locales y el premio no tardó en llegar. Con algo de fortuna ya que su golpeo chocó con un defensa, Ighalo ponía las tablas en la eliminatoria con el 1-0.
Los de Anquela no se volvieron locos y el partido volvió a quedarse sin ocasiones. Tras el descanso, el Zaragoza se percató de que debía dar más para no quedarse sin Copa y en pocos minutos tuvieron más llegadas al área rival que en toda la primera mitad. Siguiendo esta inercia llegó el tanto de José Mari en el minuto 55 para poner al Zaragoza con pie y medio en octavos de final.
Sin embargo, el delantero portugués de los maños, Postiga, vio la segunda amarilla en el minuto 60 por simular un penalti, con lo que los locales encontraron la fe para seguir peleando por el pase. En un saque de esquina, Mainz puso el 2-1 para el Granada, el empate en la eliminatoria (2-2), pero aún favorable a los de Jiménez por el gol fuera de casa. El partido se rompió y los porteros asumieron el protagonismo, con mención especial para la última parada de Leo Franco, en el último segundo, para evitar el sueño del Granada.
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