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El FC Barcelona ha conseguido el pase a los octavos de final de Liga de Campeones con su victoria ante el Spartak de Moscú en el frío Luzhniki (0-3) y prácticamente se ha asegurado hacerlo como primero de grupo, salvo sorpresa en la última jornada, en un partido que sentenciaron en una primera parte ambigua y cerraron con tranquilidad ante un equipo ruso que dice adiós a la comunicación.
Pese al triunfo y la facilidad que pueda reflejar el marcador, el Barça pudo haber sufrido más si los delanteros del Spartak no hubieran tenido la pólvora mojada, y es que en una primera parte con el equipo roto por el centro del campo los de Unai Emery tuvieron dos buenas oportunidades de gol y alguna que otra de menor peligro que hubieran cambiado el rumbo del partido.
No fue así y, por contra, el Barça estuvo muy fino en ataque, con todo el acierto que les faltó en el Celtic Park, para en jugadas de toque y también de contraataque, el arma fallida hoy de los moscovitas, acabó con la resistencia local y se fue tranquilizando y asentando en el gélido Luzhniki para ser el dominador absoluto del encuentro en una segunda parte muy diferente a la primera.
Con Leo Messi muy inspirado, autor de dos goles y cerca de firmar otro ‘hat-trick’, y el resto del equipo jugando directo y de tú a tú a un Spartak sorprendido por la propuesta blaugrana, el Barça consigue a la segunda ocasión el irse a octavos antes de la última jornada, que afrontará con la tranquilidad de saberse prácticamente primeros. De hecho, solo un triunfo del Celtic ante el Benfica evitaría ya el liderato matemático.
Pero más allá de la clasificación, este partido deja más efemérides en el haber de Leo Messi. El argentino consiguió con sus dos goles igualar al holandés Ruud van Nistelrooy como segundo máximo goleador histórico de la Liga de Campeones con 56 tantos, mientras que se queda a solo 5 dianas de igualar a Gerd Müller como máximo goleador de la historia en un año.
Más allá de los goles, el argentino estuvo genial en la creación del juego, asistiendo aunque parcialmente a Dani Alves en el gol que abrió la lata, con una volea vistosa, y muy activo en el intento de dejar a sus compañeros frente a un Dykan vendido, con lo que voluntad no le faltó a Messi. Eso sí, el querer ir tan arriba dejó una vez más demasiado espacio en la defensa, y es que en la primera parte sucedió algo no habitual en can Barça, ver al equipo roto por la mitad.
Por suerte para los intereses blaugranas, el Spartak no estuvo acertado y poco a poco su presión y velocidad, que fue arrolladora al inicio, se fueron desvaneciendo y así el equipo de Tito Vilanova se fue haciendo con el control del juego y llevando el partido a su terreno natural, en el que con la posesión del balón en su poder se sienten más cómodos.
Busquets, que volvió al equipo tras dos partidos de sanción, fue clave en la contención del equipo y en la recuperación, muy atento igual que la pareja de centrales formada esta vez por Piqué y Mascherano. El único pero fue, quizá, que pese al claro marcador Vilanova tardó demasiado en hacer cambios, perdiendo así la oportunidad de dar más minutos a jugadores menos habituales.
De todas formas, la visita a Moscú dio los frutos esperados, no hubo lesionados pese a un susto de Valdés al arrollado por Ari, que resbaló en su intento de presión, y las sensaciones del equipo fueron buenas sobre todo tras el descanso, y es que tuvieron las ocasiones más claras para todavía incrementar la goleada, a botas de Messi y Pedro, a quien hoy le faltó un gol para reencontrarse con su mejor versión.
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