El Real Madrid ha logrado un trabajado triunfo (75-83) en su visita al Fenerbahce Ulker Istanbul, en la tercera jornada de la fase de grupos de la Euroliga, gracias al devastador potencial desde el perímetro de Rudy Fernández (21 puntos) y Jaycee Carroll (15), que sirve a los merengues para enderezar el rumbo tras el tropiezo en Moscú.
Los de Pablo Laso, nuevamente con la ausencia de Sergi Llull, aniquilaron la fortaleza de los turcos, invictos en su feudo hasta la fecha. El lanzamiento exterior y la efectividad de Begic en la pintura fueron los principales argumentos del Real Madrid para sumar su segunda victoria en el ‘Viejo Continente’.
El comienzo fue un síntoma de lo que sería el duelo, sobre todo por las pérdidas de balón que condenaron al equipo dirigido por Simone Panigiani. Tras el 6-2 inicial, un parcial de 2-10 con rápidas transiciones dio la delantera a los blancos, que no soltaron la ventaja en el electrónico en todo el partido.
En el Fenerbahce, el ‘playmaker’ estadounidense, pero con pasaporte macedonio Bo McCalebb, no estuvo al cien por cien –aún renqueante de sus molestias en el tobillo– y su equipo acabó pagándolo caro. Sólo el exbarcelonista Andersen, con grandes guarismos de cara a canasta, sostenía a los suyos en el duelo.
El 21-25 al cuarto de hora fue el momento de máxima inspiración de los locales, que se quedaron muy cerca de haberse hecho con el gobierno del envite. Sin embargo, Rudy echó por tierra el trabajo otomano. El balear, a un nivel espectacular, anotó el primer triple del partido y efectuó dos robos que aprovechó Carroll.
El descanso, al que se llegó con 36-42, dio aire a los locales, que cambiaron su registro en los dos últimos cuartos. Con más velocidad y balones interiores para Emir Preldzic, el cuadro de Estambul volvió a encoger las diferencias, momento en que Pablo Laso recuperó a Mirotic y Slaughter para la faceta reboteadora.
SERGIO RODRÍGUEZ ECHÓ EL CIERRE
Desde ahí nació nuevamente el Real Madrid hasta alcanzar la máxima ventaja (41-56, min.25) que dejaba el partido a expensas de una reacción milagrosa del Fenerbahce. Pero no fue así, los blancos volvieron a estirar su diferencia echando mano de Rudy Fernández y de Sergio Rodríguez, crucial en los minutos finales.
El canario se echó el equipo a la espalda y terminó de sentenciar al Fenerbahce, que cosechó su primera derrota en la máxima competición continental (75-83). Un triunfo merecido de los merengues que comienzan a entonar una melodía bien afinada. Los turcos, al menos, ya han dado buena cuenta de ello.
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