El Sevilla puso fin a una racha de dos derrotas consecutivas gracias a los goles de Álvaro Negredo, en dos ocasiones, y Cicinho, que daban la vuelta al partido ante el Mallorca (3-2), disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán y que cerraba la octava jornada de Liga BBVA.
El conjunto de Míchel, que vio el partido desde la grada por sanción, neutralizó en dos ocasiones las ventajas mallorquinistas, hasta que el lateral Cicinho adelantó a los de Nervión por primera vez en el encuentro en el minuto 75 para dejar a su equipo quinto en la clasificación.
El caos se apoderó del encuentro a partir del minuto 26. Era el momento en el que Giovanni dos Santos, en una jugada sin peligro aparente, levantaba la cabeza y metía un pase de 30 metros a un adelantado Pedro Bigas, que subiendo desde el lateral aprovechó la ocasión para superar a Palop.
Sin embargo, sólo tres minutos después, el Sevilla igualaba el tanto bermellón gracias a un centro de Manu del Moral desde la línea de fondo que Negredo acertó a rematar ante el central Geromel.
Sin tiempo para celebrarlo, la afición local se quedó helada cuando, tras un saque el largo de Aouate, Giovanni volvía a servir un gol en bandeja, en esta ocasión a Hemed, que con un disparo raso hizo su sexto gol en el campeonato liguero. Tras cuatro minutos de infarto, el partido volvía a su pausa inicial y con la ventaja mallorquinista por la mínima se iba al descanso.
DE NUEVO NEGREDO Y CICINHO
Los sevillistas salieron a morder en la reanudación. En el minuto 56, Cicinho lograba poner un centro para que de nuevo Negredo, esta vez de cabeza, superase a los centrales baleares y empatase la contienda sin que Aouate pudiese hacer nada por evitarlo.
Arizmendi, que sustituyó a ‘Gio’, pudo poner por delante a su equipo en el 68, pero su disparo se fue desviado. La respuesta llegó en las botas de Jesús Navas, que en la siguiente jugada se quedaba solo ante el meta israelí del Mallorca, que mandaba el balón a saque de esquina.
El conjunto local seguía mordiendo, y fruto de este trabajo llegó el gol de la victoria. En un rechazo de la zaga visitante, Cicinho recogía el balón y, de volea, lo enviaba al fondo de las mallas después de que tocase en un defensa.
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