La exseleccionadora española de sincronizada Anna Tarrés se ha defendido de las duras acusaciones recibidas por parte de 15 nadadoras, que la señalaron como responsable de técnicas inhumanas de trabajo, y aseguró que «con todo esto» se está «matando» a un deporte que hace unos años «no era nada».
«La situación hace que ahora esté muy triste. Es una sorpresa para mí, no salgo de mi asombro. Quince años de trabajo se han tirado al traste en un sólo día. Con todo lo que está pasando se está matando a la natación sincronizada», manifestó Tarrés en declaraciones al programa ‘Al Primer Toque’ de Onda Cero.
«Es como si estuviera en un sueño y se me hace difícil ser capaz de digerir lo que está sucediendo (…) Nunca maltraté a mis chicas, todo lo contrario», dijo la catalana, que está «convencida» de que Fernando Carpena, presidente de la Federación Española de Natación (RFEN), está «detrás» de la carta, motivo por el que le ha demandado.
«Estoy estupefacta. Lo único que he intentado es hacer mi trabajo muy bien hecho, lo mejor que he sabido. Me da pena que esto tenga más valor que las medallas que hemos logrado», dijo Tarrés, responsable de 55 preseas para España en este deporte. «Ahora tendremos que ir a un juez para que ponga paz», añadió.
Además, Tarrés –quien «insistió» en que la carta se hiciera pública porque no tiene «nada que esconder»– recordó que la piscina en la que se entrenan, en San Cugat, «está abierta a todo el mundo». «Todo el mundo me ha visto trabajar y nadie me ha dicho ‘oye, te estás pasando'», comentó.
«En la piscina la gente nos ha visto crecer por eso todo esto me parece inverosímil», dijo Tarrés, que contestó con un rotundo «no» al ser preguntada si había dicho a alguna de sus pupilas que se tragara el vómito para continuar en la piscina trabajando. «Es inverosímil, es que no soy consciente de todo esto», apuntó.
ESTÁ «CONVENCIDA» DE LA IMPLICACIÓN DE CARPENA
En cuanto a la postura que ocupa el presidente federativo, Fernando Carpena, la exseleccionadora española dejó claro que sí está implicado. «Estoy convencida que sí, debe estar (implicado). Si me han echado por motivos puramente deportivos, me voy con dos medallas, pero voy a intentar probar que hay algo más detrás», dijo.
«Tengo que defenderme y por eso hago una demanda porque encuentro que hay una campaña de injurias y calumnias que estoy padeciendo. Es desproporcionada», afirmó. «Se está intentando dañar mi honor, mi credibilidad y mi persona», añadió Tarrés, quien ahora necesita un periodo de «tranquilidad y reflexión» para decidir su futuro.
Respecto a las técnicas que utiliza con sus nadadoras, Tarrés se definió como una persona que «busca la perfección». «Hablo con un tono definido, una actitud, una energía y un ímpetu que esté quizás por encima de la media. Aquí no vale todo. No valemos todos para el alto rendimiento», indicó.
«En estos 15 años hemos tenido días muy divertidos y días más crudos, como todo el mundo. Tengo una niña de 11 años y hay días que le tengo que decir que se vaya a la cama ya y no tengo buenas palabras. Niego rotundamente que haya maltratado a mis chicas», aseveró.
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