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El Valencia ha goleado (4-1) al Rayo Vallecano, en un partido que le sirve a los de Unai Emery para congraciarse con su parroquia tras varias semanas de silbidos y abucheos, y que a nivel deportivo le supone a los chés volver a pelearle al Málaga la que hasta ahora había sido ‘su’ tercera plaza de la tabla de clasificación.
Sin Soldado pero con Jonas, el Valencia se impuso claramente a un Rayo Vallecano que no brilló a la altura de lo esperado. El triunfo resulta balsámico para los de Unai Emery, por la tirita que coloca sobre las relaciones fracturadas con su afición. Los tres puntos cosechados sirven para meter presión al Málaga en la lucha por el puesto de acceso directo a la ‘Champions’. Además, Sergio Canales regresó a vestirse de corto y actuar durante unos minutos tras varios meses de ausencia por lesión.
El conjunto de Unai Emery no echó de menos a Soldado, su referencia en ataque a lo largo del curso. Esto se debió al buen hacer de Jonas, que actuó en solitario como única referencia atacante de los valencianistas. De hecho, una internada y un pase por banda del carioca, acabó con la pelota paseándose cerca de la línea de gol sin nadie que la rematase.
Antes, los chés ya se habían acercado a la meta de Joel en un disparo de media distancia. Acto seguida a la penetración del brasileño, el Valencia siguió acumulando ocasiones de gol, por medio del peligro aéreo que generaba Rami. Si bien, la mejor ocasión llegó a la media hora, cuando Pablo Hernández recibió el cuero en el balcón del área, acomodó el cuerpo y buscó la escuadra contraria, poniendo así a prueba al meta rayista, que firmó una soberbia actuación para desbaratar el gol.
Precisamente fue Jonas Gonçalves el que materializó en gol antes del descanso la superioridad local. Feghouli remató de cabeza un centro desde la banda que obligó a Joel a firmar una estirada felina, con tan mala suerte que el rechace le cayó a Jonas, que pese al estorbo de un rival, supo introducir el balón en las mallas. Con la victoria parcial se llegó al tiempo de descanso.
Nada cambió en la segunda parte, salvo la falta de mordiente de los valencianistas. El dominio del esférico era claramente de los chés, pero no lograban inquietar a Joel, algo relajados con el tanto de Jonas en el primer acto. El Rayo Vallecano no supo aprovechar la conformidad del conjunto de Unai Emery, pese a contar desde las postrimerías del primer tiempo con Trashorras, que entró por Labaka, conmocionado tras un choque aparatoso.
Cuando el partido parecía decaer en el hastío, atravesó por unos minutos de locura plena. Primero fue Jordi Alba el que aprovechó un centro de Feghouli desde la banda para poner la bota y poner tierra de por medio en el marcador (2-0). Cuando la contienda tenía claro color local, Pablo Hernández cometió un error garrafal tras ceder un balón a Guaita que acabó en los pies de Michu. De espaldas a la portería, el ovetense vio a Diego Costa en posición franca y sirvió un gol en bandeja de plata que el brasileño no desaprovechó.
Sin tiempo de encajar sendos golpes, el partido vivió otro capítulo cuando Arribas cometió un más que dudoso penalti sobre Feghouli. Jonas no desaprovechó la oportunidad y convirtió la pena máxima. A partir de ahí, el partido decayó en intensidad, pese a un gol anulado a Ricardo Costa. Ya en la recta final, Pablo Hernández redondeó el marcador tras aprovechar de primeras un pase diagonal. El triunfo resulta balsámico para las relaciones entre Mestalla y su equipo.
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