Mar 282012
 

El Real Madrid ha dejado prácticamente solventada la eliminatoria de los cuartos de final de la ‘Champions League’ tras golear a domicilio (0-3) al APOEL Nicosia, en un resultado algo abultado para los méritos de los madridistas cuyos tantos se concentraron en el último cuarto de hora de juego.

El equipo de José Mourinho defraudó a las expectativas, no por el resultado, que analizando el rival contra el que se ha logrado se antoja definitivo de cara al pase de las semifinales de la ‘Champions’, sino por la apatía y la estaticidad que mostró durante buena parte del encuentro, de la que sólo Marcelo pudo rescatarles, para iniciar las jugadas que acabaron con los goles de Benzema y Kaká.

Primero fue Cristiano desde fuera del área, luego Benzema desde la frontal y acto seguido Özil el que probó al meta chipriota conectando una volea en una posición cercana al punto de penalti. Como puede adivinarse por las posiciones de tiro, excepción hecha del disparo del alemán, el Madrid no supo perforar la maraña táctica dispuesta por Jovanovic, en un planteamiento que dejó a modo de ‘náufrago’ a Ailton en punta de ataque.

En torno a la media hora de juego, la gran novedad del equipo alineado por Mourinho, el cuasi inédito en la temporada Sahin, metió un balón vertical para Cristiano Ronaldo, que –de primeras– conectó un disparo que puso en serios aprietos a Chiotis, el mejor de su equipo. Más allá de las acciones aisladas de los blancos, su juego seguía siendo deslavazado y falto de la velocidad suficiente como para penetrar en una defensa fortificada con diez hombres.

En la esquina izquierda del terreno de juego, Cristiano Ronaldo agarró un balón y se fue zafando de rivales hasta que encontró un hueco por el que se adentraba Sahin, que al primer toque sirvió en bandeja de plata un gol a Benzema, que sin ser acosado por ningún rival y a escasos dos metros de la línea de gol, mandó el balón fuera incomprensiblemente. Era la primera ocasión en que el galo entraba en contacto con el balón en posiciones peligrosas, intrascendente hasta el momento, al igual que Higuaín.

A raíz de las oportunidades blancas que llegaron consecuencia del asedio al que sometieron al APOEL, los madridistas se sacaron la presión de encima y comenzaron a tocar la pelota con un cierto criterio a un ritmo vertiginoso, atacando con todos los efectivos posibles, muy del gusto de futbolistas tan verticales como Cristiano o Higuaín. Si bien, el duelo se marchó al descanso con las tablas iniciales, en una oportunidad desaprovechada por los de Chamartín para haber encarrilado el partido.

MARCELO Y KAKÁ DINAMITAN EL PARTIDO
El paso por vestuarios no introdujo novedad alguna al césped, con los chipriotas atrincherados en su área y los madridistas con el monopolio del esférico pero sin mordiente ni puntería. Con el paso de los minutos, el guión exigía una rectificación por parte de Mourinho, que si bien la titularidad de Sahin resultó acertada, no así la inclusión de Higuaín y Benzema como dupla atacante, puesto que junto a Cristiano se amontonaban en el área del APOEL, de por sí bien nutrida de efectivos.

Cuando el partido decaía en ritmo, con un Real Madrid a ‘medio gas’, el técnico luso dio entrada a Kaká, en busca de una mayor aportación de la segunda línea, y a Marcelo, el más vertical y desbordante de los jugadores madridistas. Precisamente fueron los dos brasileños los que se aliaron para que Kaká mandase un centro medido al corazón del área de Chiotis, donde apareció Benzema para en plancha materializar con la testa el primer gol del encuentro.

Acto seguido, Cristiano Ronaldo pudo acrecentar la cuenta madridista, de no ser por la buena actuación de Chiotis. Lejos de apagar los escasos ánimos mostrados hasta entonces por los blancos, el tanto espoleó a los españoles, con Marcelo haciendo ‘diabluras’ por la banda izquierda, ganándole su particular duelo a su compañero y rival de demarcación Fabio Coentrao, al que relevó sobre el césped.

En los momentos de esparcimiento del ’12’ blanco, éste le regaló un gol a Kaká, que sólo tuvo que poner la bota para empujar a las mallas rivales el tanto con el que los de Concha Espina no sólo mataban el partido en Nicosia, sino también la eliminatoria de cuartos de final de la ‘Champions League’, ante un rival cuya mejor virtud fue la resistir durante 75 minutos las acometidas blancas.

Antes del pitido final, Karim Benzema cerró la cuenta visitante, tras mandar mansamente a la red de Chiotis un magistral balón que le brindó Özil con el exterior de su pierna izquierda. Una cuenta visitante en cuyo haber está el pase virtual a las semifinales de la Copa de Europa y en cuyo debe se podría adjuntar la falta de calidad mostrada en el partido ante un rival que se limitó a defender y que parapetado en su área frenó el juego veloz del Real Madrid.

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