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El AC Milan ha firmado una brillante goleada (4-0) ante un Arsenal que se ha mostrado inoperante del todo en un Giuseppe Meazza que ha disfrutado con la verticalidad mostrada por los suyos, lo que hace presagiar que los ‘rossoneri’ no pasarán apuro alguno en el partido del Emirates Stadium, que cerrará la eliminatoria.
Los de Allegri apenas necesitaron un cuarto de hora para desequilibrar la balanza a su favor. A partir de ahí, todo les fue rodado y los goles fueron llegando de forma natural, por la manifiesta superioridad de los transalpinos. Con esta victoria tan contundente, algo anormal tendría que ocurrir para que el AC Milan no pasase los octavos de final, cuatro temporadas después.
Un tiro desde fuera del área de Rosicky y otro de Abate en el lado contrario del campo, hizo presagiar un partido marcado por los zapatazos. Así ocurrió al cuarto de hora de juego, cuando Boateng acomodó con el pecho un balón y tras dejar botar el esférico soltó un violento mandoble que tras dar en el larguero, se coló en la meta defendida por Szczesny.
Tras los disparos lejanos, el Milan optó por las cabalgadas a la espalda de un rival que decidió dar un paso adelante. En una de esas intentonas, Ibrahimovic se sacó de la chistera una maniobra excelente para regalarle un gol a Robinho, que sólo tuvo que poner la testa para mandar la pelota a las mallas. La mejor noticia para los ‘gunners’ fue la llegada del descanso, puesto que varias fueron las ocasiones claras de las que disfrutaron los ‘rossoneri’.
IBRAHIMOVIC EMPEQUEÑECE A SUS RIVALES
A la vuelta del descanso, Arsene Wenger dio entrada a ese ‘totem’ del Arsenal en el que se ha convertido Thierry Henry, en el último partido que disputará con los británicos antes de regresar a los Red Bulls. Si bien, de nuevo un zapatazo fue lo que se encargó de ratificar el signo del partido, cuando Robinho desde fuera del área ajustó el esférico a la cepa del palo, imparable para Szczesny.
El segundo gol del brasileño aplacó los pocos ánimos visitantes que hubiera podido encenderse por la mera presencia de Henry. De hecho, fueron los gambeteos de Robinho, los arrebatos ofensivos de Boateng o las ‘delicatessen’ de Ibrahimovic lo que se pudo quedar en la retina del espectador. Si bien, en un par de ocasiones, también Van Persie hizo esforzarse al veterano Abbiati.
A falta de diez minutos para la conclusión del encuentro, el omnipresente Zlatan Ibrahimovic forzó un penalti ante un zaguero ‘gunner’ sobrepasado por la situación que sólo en el derribo encontró la solución. El sueco no perdonó la pena máxima y siguió acrecentando la cuenta local (4-0) que permaneció inmutable hasta la conclusión de un partido que solamente tuvo un color, el ‘rossoneri’.
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