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El tenista serbio Novak Djokovic conquistó este domingo su tercer Abierto de Australia, primer ‘grande’ de la temporada, después de batir una vez más al español Rafa Nadal en un auténtico maratón de casi seis horas de partido que se decidió por 5-7, 6-4, 6-2, 6-7(5) y 7-5 a favor del balcánico.
De este modo, ‘Nole’ no sólo alargó su racha contra el balear, sino que además lo hizo derrotándole en, quizás, la última ‘batalla’ que le faltaba, la de un eterno partido de cinco mangas, donde el físico, habitualmente favorable al de Manacor, tampoco le dio la clave a este para ganar su undécimo ‘grande’. Cinco horas y 53 minutos de lucha, en la final más larga de un ‘Grand Slam’ de la historia, favorables al balcánico, verdugo del número dos en los últimos siete partidos.
Nadal se volvió a estrellar contra el de Belgrado. Comenzó bien, mandando en el marcador, agresivo con su ‘drive’ y sacando a buen nivel, lo que le permitió que, al contrario que en las finales en Londres y Nueva York, obligar a su rival a ir a contracorriente.
Pero el número uno del mundo tiró entonces de su mejor tenis para dar la vuelta al marcador. Amparado nuevamente en su habilidad desde el resto, ayudado por una bajada de la efectividad del manacorí, se instaló en el centro de la pista y recuperó el guión de 2011.
Su revés a dos manos fue demoledor y desde ahí construyó la forma de controlar al ganador de diez ‘grandes’, que tuvo una buena opción en el segundo parcial, cuando levantó bolas de set, rompió el saque de ‘Nole’, y tuvo el suyo para igualar a cinco, pero Djokovic no dio opción y el panorama cambió radicalmente. Sin embargo, Nadal se agarró a la pista, aguantó el aluvión de golpes, y forzó una quinta manga donde tuvo 4-2 a favor, ventaja que no acertó a culminar ante un incansable también tenista serbio.
BUEN INICIO
Nadal demostró que había aprendido la lección del año pasado. Saltó a la Rod Laver más agresivo y, sacando a buen nivel, equilibró la diferencia que parecía haber entre ambos. Su ‘drive’ funcionaba y su nueva táctica, aunque le hacía cometer más errores también le permitía mandar mejor y lograr más ganadores.
Así, rompió en el quinto juego, pero rápidamente se encontró con problemas para asegurar su siguiente saque, algo que finalmente logró. El serbio aprovechaba los segundos servicios para presionar y lo que no consiguió anteriormente, lo hizo en el octavo para igualar. Nadal reaccionó, y con su ‘drive’ martirizó por momentos a su rival, que perdió nuevamente el saque en el undécimo juego y esta vez no pudo recuperarlo.
Las buenas noticias para Nadal, además de esa victoria en la manga, eran la duración (una hora y veinte minutos) y la estadística que decía que sólo David Ferrer (US Open de 2007) había sido capaz de remontarle en un ‘grande’. Sin embargo, el de Belgrado, al que no se vio ‘tocado’ físicamente ni con sus problemas de alergia, apeló a su tenis para cambiar la historia.
Y empezó desde el resto, desde donde amenazó continuamente al español, que no pudo hacer nada ante la mejoría del número uno del mundo, cuyo revés a dos manos empezaba a mostrarse demoledor, mientras que el ‘drive’ del balear no lograba aparecer. Así, ‘Nole’ tomó la delantera en el marcador y desde su solidez se situó en buena posición para empatar el choque.
Sin embargo, Nadal demostró su habilidad para salir de situaciones complicadas. Primero, salvó una bola de set con su saque con 5-2 abajo, y luego, equilibró un 40-15, para aprovechar un ‘regalo’ en forma de doble falta y recuperar todas las opciones (5-4). Pero la delantera seguía siendo de Djokovic, que volvió a presionar desde el resto. El español tuvo con 40-30 una bola sencilla para cerrar el juego, pero se la tiró al serbio, y luego le devolvió la doble falta para entregarle la manga.
El primer cabeza de serie sacó partido a su tirón en el juego y continuó convirtiendo cada saque, y cada segundo servicio, del manacorí, en un auténtico sufrimiento. El de Belgrado dominaba desde el fondo con solvencia y apenas encontró problemas para cerrar el tercer set, sin ceder ninguna bola de ‘break’.
NADAL SE AGARRA A LA PISTA
El partido estaba cuesta arriba, sobre todo por el nivel que estaba exhibiendo el actual campeón, ante el que poco podía hacer Nadal, salvo agarrarse a la pista y esperar un momento de debilidad de su rival. Este no llegó, pero el español se mantuvo y superó todas las adversidades del cuarto parcial, sobre todo el 0-40 del octavo juego, donde sacó golpes de genio para mantenerse con vida.
Tras un parón para cerrar la Rod Laver por la lluvia, la batalla continuó y alcanzó la tensa ‘muerte súbita’. El manacorí empezó mandando 3-1, pero se vio abajo 5-3. Djokovic no pudo aprovechar esa ventaja y perdió los cuatro siguientes puntos para llevar el partido a la quinta manga.
Ahí, el físico parecía que podría decantar la balanza hacia Nadal. El exnúmero uno del mundo recuperó parte de su mejor tenis y sacó medio billete para el título con la rotura en el sexto juego. El de Manacor tuvo una bola aparentemente sencilla con su saque en el siguiente, la envió al pasillo de dobles y el de Belgrado logró poco después el ‘break’.
Las complicaciones volvieron para el español, que salvó los problemas en el noveno juego, pero no en el undécimo. Aún tuvo fuerzas para tener una opción de rotura con Djokovic sacando para ganar, pero no pudo hacer nada y alargó su ‘maldición’ ante el gran dominador del tenis actual, que logró su tercer título en Melbourne, el quinto en un ‘grande’ y el tercero consecutivo.
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