El Real Madrid ha goleado (4-0) al Olympique Lyon en un choque en el que los blancos se mostraron muy superiores en todas las facetas del juego, y con esta victoria, los merengues refuerzan su liderato de grupo tras esta tercera jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones.
Con este abultado triunfo, los de Concha Espina siguen contando por victorias sus encuentros de esta edición de la ‘Champions League’, lo que les deja con el pase a los octavos de final muy encarrilado. La goleada blanca la firmaron Benzema, Khedira, Özil con la colaboración del portero Hugo Lloris, y Sergio Ramos.
El técnico del Real Madrid, José Mourinho, que volvía a sentarse en el banquillo tras la sanción que le impuso la UEFA, introdujo dos variaciones en ataque respecto a los onces que venía alineando en los últimos encuentros. En tres cuartos de campo, Özil fue de la partida en detrimento del brasileño Kaká. Mientras que en la punta de lanza, el ‘Pipita’ Higuaín, que llegaba a la cita tras haber encadenado tres tripletes consecutivos, dejó su lugar al recuperado Benzema.
El choque arrancó con un dominio abrumador de los merengues. Cuando apenas se habían consumido diez minutos de partido, Cristiano de semi-volea, Bastos de cabeza y Benzema en un veloz arranque, dieron el pistoletazo de salida a las ocasiones. Si bien, la oportunidad más clara para los de Chamartín fue una cesión de un zaguero galo, que apunto estuvo de colarse en las mallas defendidas por Hugo Llorís, el guardameta titular de la selección ‘bleu’.
En este choque, los merengues fueron capaces de crear peligro en una suerte que les suele ser desconocida, el juego aéreo. En un córner a favor botado por Özil, Ronaldo y Benzema engarzaron una serie de vaselinas y pases al pie entre los defensas del Lyon, que concluyeron con un disparo del portugués, que repelió el meta visitante.
En el siguiente saque de esquina, de nuevo se alinearon los tres mismos astros. El alemán golpeó el balón con su magistral zurda, el luso peinó el balón en el primer palo, y el galo, con el instinto asesino que sus detractores le niegan, ganó la espalda a los defensas e introdujo suavemente el esférico en las mallas rivales.
Era el minuto 19, el Real Madrid se adelantaba en el marcador ante un Olympique de Lyon que, hasta el momento, no había dado síntoma de peligro alguno. En esa vicisitud, los de Rémi Garde decidieron salir de la cueva. No obstante, éstos fueron los mejores minutos del Real Madrid, que con el viento a su favor, Özil y Marcelo se propusieron deleitar a la parroquia blanca, con tacones, arabescos y pases imposibles.
Pese a ello, los galos no se amilanaron y consiguieron incomodar en un par de ocasiones la meta defendida por Casillas. En torno a la media hora de juego, en una de estas intentonas, el ariete Gomis logró anotar un gol, que enseguida fue anulado por el colegiado, por evidente posición antirreglamentaria. Idéntica anulación tendría un tanto anotado por Benzema a pase de Xabi Alonso en el saque de una falta, ya que el trencilla aún estaba midiendo la distancia de la barrera.
Con la ventaja mínima para los madridistas, se llegaría a la conclusión de los primeros 45 minutos. Los de Mourinho demostraron una vez más, que si el rival concede espacios, sabe triangular con peligro y salir a la contra con una velocidad de vértigo. Bien distintos fueron los primeros compases del envite, donde los de Garde se encerraron en su área, lo que evidenció las carencias de los blancos para llevar el peso del partido ante rivales que le conceden el dominio de la pelota.
EL MADRID SENTENCIA EN LA SEGUNDA PARTE
Las indicaciones tácticas que hubieran recibido los hombres del Lyon, se quedaron obsoletas a los diez minutos de la reanudación, cuando el Madrid ya había sumado dos goles más a su cuenta particular. El primero lo anotó un hombre que no desconocía el sabor de gol como jugador blanco, Sami Khedira, que anotó a placer tras un pase de Benzema. En esta jugada, el exjugador del Lyon demostró otros credenciales que le definen, como son la visión del juego y su generosidad.
Cuando los franceses no se habían repuesto de este varapalo, Özil, con la colaboración del meta visitante, que en este lance no estuvo muy afortunado, hizo el tercero de la noche. Acto seguido, lo que se le vino encima a los visitantes fue un ‘cóctel’ de fútbol vertical, triangulaciones a una velocidad endiablada, ‘delicatessen’ varias, y un auténtico recital de pases al primer toque.
Si bien, los blancos no supieron convertir en goles su superioridad en el juego y su abrumadora posesión del esférico. Kaká, Cristiano Ronaldo, al que le invalidaron un gol bien anulado, y Di María, hicieron esforzarse a Hugo Llorís. Sin embargo, el cuarto tanto llegaría de la mano de un Sergio Ramos, de nuevo tras un saque de esquina ejecutado por los merengues.
Fue precisamente en la retaguardia, una de las zonas menos exigidas en este envite, donde se vislumbró una gran noticia. Con un Ramos imperial en el centro de la zaga y Arbeloa en el lateral, la defensa blanca funcionó a la perfección.
El andaluz, que tiende a la dispersión actuando en el flanco derecho, ofrece contundencia y seriedad como defensa central. El de Camas cerró una victoria reconfortante que allana el camino madridista a los octavos de final y que consolida una idea de fútbol en Chamartín. Además, el Lyon ya ha dejado de ser ese lobo que siempre metía miedo en el Bernabéu…
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