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El FC Barcelona ha conseguido esta noche una placentera victoria sobre el BATE Borisov (0-5) en la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones gracias a un dominio total del juego, a saber aprovechar errores tontos de la poblada defensa bielorrusa y a la inspiración de un Messi que ha hecho historia al igualar a Kubala como segundo máximo goleador en la historia del club.
En un encuentro sin misterio ni emoción, lejos de ser una encerrona, el Barcelona ha cumplido con las expectativas y se lleva de vuelta los tres valiosos puntos en juego, que le permiten seguir al frente del grupo junto al AC Milan a la espera de decidirse qué equipo se lleva el liderato final.
Guardiola, que receló de los bielorrusos en la rueda de prensa previa, se encontró con un rival encerrado en su área, con un Mateja Kezman de capa caída como único hombre adelantado. Así, con un estilo nada atrevido y muy distante del que llevó a Rubin Kazan y Dinamo de Kiev a poner en apuros a los blaugrana en pasadas ediciones, los de Goncharenko no hicieron ni sombra al Barça.
Son tres puntos, pero no será esto lo que quede en la memoria de los barcelonistas, ni la goleada, y es que si este encuentro será recordado será porque en el Dinamo Stadion un joven enamorado del fútbol llamado Leo Messi igualó al histórico Laszlo Kubala en la cuenta de goleadores históricos de la entidad.
No fue un gran partido de Leo, quien como el resto de compañeros se permitió el lujo de jugar a medio gas. No inquietaron los locales, que tampoco hicieron uso del juego duro, y ello llevó a que los blaugranas movieran y movieran el esférico en busca de pequeños espacios, de un asiento libre por el que pasar en el autobús bielorruso.
Al final, la inexperiencia del BATE fue la que abrió el partido. Primero con un autogol de Volodko, que inquieto por la presencia a su espalda de Messi remató el centro de Alves desde la derecha. Después, el portero Gutor empezó su propia pesadilla al no medir bien un centro de Villa y permitir a Pedro rematar plásticamente de cabeza. El colmo para el joven guardameta llegó cuando se le escapó un balón que debió haber retenido y Messi metió su cabeza en una acción de pillo para hacer el tercero.
En la reanudación el guión fue el mismo y Messi, en una gran asistencia de Alves por medio de toda la zaga amarilla, pudo igualar a Kubala con un trallazo cruzado al que no pudo llegar Gutor, que esta vez no tuvo culpa alguna. Buscó el ‘hat-trick’ el argentino, y superar al húngaro, pero no hubo suerte esta vez.
Así, con pocos minutos a un buen ritmo y el resto al trote, el Barça se encontró con un partido sentenciado y la oportunidad de dar minutos de descanso a los titulares con más presencia habitual. Guardiola no cesó de dar órdenes, pero ya desde la tranquilidad que da sumar la primera victoria en una fase de grupos que tanto respeto le da.
Entraron Maxwell, Adriano y Cesc, no se rompió ningún jugador y el partido se desarrolló sin más incidencias que el quinto gol de la noche, obra de un David Villa que sigue mojando y demostrando que no ha perdido el olfato goleador. Una ‘manita’ más para el Barça, un hito más para Messi, y a descansar a la espera del duelo del domingo en El Molinón contra el Sporting de Gijón.
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